Pro-ADN del Colón gallego ¡YA!

Es cosa evidente que tanto Cristóbal Colón como su entorno, no quisieron aclarar el asunto de su origen y nacionalidad, motivo por el cual, hoy nos encontramos desconocedores de ello.

Si su nacionalidad es importante para recomponer la biografía de un personaje tan relevante para la historia, tanto más lo es, el motivo por el cual dedicaron tantos esfuerzos en mantener embrollada esta cuestión.

La incerteza de su origen y la causa que motivó tal enigma, es causa de innumerables debates, teorías y conjeturas desde hace más de cinco siglos. Miles de libros y escritos se han acometido ocupándose de esto, dándose la paradoja que cuanto más lee uno sobre sus muchas biografías e historias, menos conocimiento y certeza cree tener de ninguna de ellas.

Demasiados intereses y demasiadas lucubraciones han embrollado este asunto haciéndolo casi irresoluble, salvo por un suceso científico reciente: La obtención completa del ADN de su hijo Fernando y de su hermano Diego.

descargaValiéndose del ADN para comprobar si los restos depositados en la Catedral de Sevilla son los auténticos y no los de Santo Domingo, se exhumaron los restos de Cristóbal Colón, de Fernando y de Diego. Siguiendo la tradición Coloniana, los resultados de estos análisis se volvieron a embrollar, y en los medios se vertieron distintas versiones de los resultados. En realidad, lo único claro y demostrado que se consiguió, es relacionar el parentesco entre Fernando Colón y Diego Colón.  El ADN de los restos de Cristóbal Colón solo se pudo recomponer hasta un 80 %, insuficiente para defender la autenticidad de los mismos. Poco importaba teniendo los resultados completos de su hermano e hijo, en realidad, todo ello se acometió y diseñó con otro fin, muy distinto de la búsqueda de una autentificación de los restos de Sevilla; prueba de ello es que quien financió el proyecto fue un lobby catalán, que inmediatamente después de obtener los resultados de Fernando y Diego, se acometió el coteje del ADN, único fin verdadero, con el de los candidatos catalanes. Los resultados no fueron satisfactorios y los portugueses aprovecharon la ocasión para hacer lo mismo con sus candidatos, el resultado tampoco fue el esperado. Le tocó el turno a los italianos,  con idéntico resultado negativo, estos cometieron el tremendo error de realizar las pruebas sin estar necesitados de ello, cuando el solo hecho del fracaso de catalanes y portugueses les beneficiaba.

Primero se buscó la identificación de parentesco entre restos fósiles, luego entre personas vivas con apellido Colom, Colombo, etc. Solo quedaba una posibilidad de éxito, la identificación geográfica, es decir, identificar estadísticamente los marcadores del ADN con una población determinada, mejor dicho, con la población del levante español, la población italiana y la portuguesa. El silencio mediático, es prueba del rotundo fracaso.

Es la teoría gallega, por tanto, la única con una mínima solvencia que continúa sin descartar. En 1898 el pontevedrés Celso García de la Riega realizó una conferencia en la Sociedad Geográfica de Madrid y que luego sería publicada, donde de manera magistral, convenció a los presentes demostrando la imposibilidad de que un Cristóforo Colombo pudiera ser el mismo que aquel que descubrió las Indias Occidentales, además, dio a conocer la existencia del apellido “Colón” en Pontevedra, apellido que no se encuentra en ninguna otra parte del mundo; además, observó que los nombres con los que Cristóbal Colón iba bautizando las costas y sus accidentes geográficos, eran nombres existentes en las costas gallegas y sus rías; además, observó que Cristóbal Colón nunca escribió en dialecto italiano alguno, ni tan siquiera con italianos con los que mantuvo correspondencia; que escribía correctamente en castellano salvo expresiones y giros puramente galaicos. La teoría fue incrementándose en datos y argumentos gracias a la continuación en su estudio de numerosos seguidores de la teoría esparcidos por todo el mundo.

Podríamos resumir la Teoría presentada por Celso García de la Riega en cuatro Pilares:

  • Cristóforo Colombo no puede ser Cristóbal Colón.
  • La Toponimia coincidente entre las costas gallegas y las bautizadas por Colón en el caribe.
  • La lengua, está plagada de giros netamente gallegos inmersos en sus autógrafos.
  • El apellido Colón existía en Pontevedra, antes, durante y después del descubrimiento.

Sin embargo la extraordinaria teoría iniciada por Don Celso, le faltaba el personaje y carecía de una genealogía suficiente que pudiera identificar la familia pontevedresa de Cristóbal Colón, también dejó caer la posibilidad de ser su familia de origen judío en cuanto al motivo por el cual Cristóbal Colón, hermanos e hijos, mantuvieron su origen en secreto. La opción de un Colón judío fue presentada también por otras teorías. Según Fernando Colón, su padre era de linaje cristiano muy antiguo y noble.

En los años 80 el vigués Alfonso Philippot Abeledo, marino mercante y presidente de la Asociación Colón gallego, publicó una copiosa y trabajada teoría sobre la verdadera identidad de Cristóbal Colón, la sorpresa sobre todo radicaba en el personaje, “Pedro Álvarez de Sotomayor” conocido por “Pedro Madruga”, señor feudal gallego que protagonizó una lucha encarnizada contra las Irmandades en Galicia y contra los reyes Católicos después. Luchó este noble señorial contra la alianza entre la Corona de Aragón e Isabel Trastámara, que pretendían arrebatar los derechos al trono de Castilla a su sobrina, la legítima y verdadera heredera al trono, Juana de Trastámara, casada con su tío Alfonso V de Portugal. Una unión con Portugal que preocupaba sobremanera a la corona de Aragón. Pedro Madruga se posicionó del bando portugués hasta su rendición en Acasovas.

Alfonso Philippot, aportaba sobremanera el motivo buscado por tantas teorías, aquel que debería justificar que Cristóbal Colón y sus coetáneos más cercanos trabajaran por ocultar su origen y cuna.

Llegados a este punto, trataremos de demostrar que el candidato aportado por Alfonso Phlippot, además de ser el único que queda sin descartar, a falta de otros nuevos, reúne sobradamente todos los condicionantes para ser incluido en un proyecto de autentificación utilizando los últimos avances en la ciencia genómica.

Algunos Indicios y vidas paralelas que llevaron al sr. Philippot a formular su Tesis:

  • Además de la aseveración de Fernando Colón y el padre Las Casas sobre la nobleza de linaje del Almirante, y que los dos tenían almirantes en su familia, los reyes siempre le dieron tratamiento de Noble tanto en las maneras como en las formas. ¡Colón era noble!
  • Tanto en un caso como en el otro empiezan a navegar a la edad de 14 años por un periodo continuado de 23 años.
  • Tanto en un caso como en el otro, tenían conocimientos de latín y de las sagradas escrituras.
  • Los familiares de uno fueron los mejores aliados del otro, así como los enemigos de uno lo fueron también del otro.
  • Los dos fueron corsarios
  • Colón manifiesta tener diez hijos además de Diego, Pedro Madruga tenía 10 hijos.
  • Cuando unas fuentes aseguran que Pedro Madruga se refugia en Portugal, otras aseguran que Colón llega a este reino.
  • Cuando unas fuentes relatan como Colón abandona Portugal para irse a España, otras nos dicen que Pedro Madruga alberga la misma idea.
  • Cuando unas fuentes sitúan en la misma fecha a uno y a otro de camino a España, llevando el mismo cometido de reunirse con los reyes, entre Valladolid y Alba de Tormes uno aparecerá ya para siempre, mientras el otro desaparecerá sin dejar rastro.
  • Cristóbal Colón se negó siempre a firmar como “Cristóbal Colón”, recurriendo a la forma “xpo. Ferens”, el capellán y confesor de los reyes que trató en persona a Colón, le llama en uno de sus escritos “Petrum Colonum”. Cristóbal Colón dijo: Pónganme, pues, el nombre que quisieren, que al fin David, rey sapientísimo, fue guarda de ovejas, y después fue hecho rey de Jerusalén, y yo siervo soy de aquel mesmo que le puso a él en tal estado.”

 

Además, en los últimos años nuevos datos se vienen a sumar en defensa de la Tesis Colón/Madruga:

Rodrigo Cota rescata de una crónica del siglo XVI, escrita por “Francesillo de Zúñiga” un texto revelador donde aparece Diego de Sotomayor como hijo de Cristóbal Colón y a este además como protector del primero:

«Iba también con su majestad monsieur de Laxao, e contábale como don Diego de Sotomayor é el clavero de Alcántara e Rodrigo Manrique no tenían justicia para pedirle la encomienda mayor de la dicha Orden, que él era aficionado a ser de ella, y más si le daban la encomienda mayor. Decíale también que don Diego de Sotomayor parecía hijo bastardo de Colón el almirante de Indias, é solicitador de la mejorada (…)»

Se recupera otro texto olvidado del siglo XVII, donde Cristóbal Colón hace el camino a Barcelona con tres hijos para reunirse con los reyes para comunicarle la “gran noticia”:

“Paso por la ciudad de Córdova; fue recevido de los cavalleros de aquella ciudad, como era razon, llevando descubiertas las cosas particulares que de las Indias traia. Con mayor contento le recibio doña Teresa Enríquez de Harana, su mujer, señora natural de Cordova, y sus hijos don Diego, don Cristóbal y don Hernando. Con ellos camino la via de Barcelona”.

Diego Colón, Fernando Colón y Cristóbal de Sotomayor, antes de 1492 coincidieron al servicio de los reyes y príncipes como pajes y bajo su protección.

En otro documento Diego Colón solicita un traslado del testamento de su padre donde figura como principal testigo Diego de Sotomayor hijo mayor de Pedro Madruga, el mismo para el que Cristóbal Colón solicitó la mejorada, el mismo que parecía hijo bastardo del Almirante de Indias según la crónica del Francesillo de Zúñiga.

El genealogista Antonio Pedro documenta la existencia de un hermano de Pedro Madruga llamado Juan González, que coincide con el perfil de Bartolomé Colón, hijo de la misma madre y del mismo padre. Este apellido González, concuerda con la supuesta madre de Colón según Alfonso Philipot: “Constanza González Colón”.

Manuel Doval a finales de 2013, encontró en las murallas del castillo de Sotomayor, lo que parecen las armas que según los reyes Católicos, Cristóbal Colón solía traer. Hallazgo que se suma a otro trabajo de Antonio Pedro Sottomayor sobre la supuesta madre de Pedro Madruga y Cristóbal Colón.

Un estudio pericial realizado por la perito calígrafa Mª Teresa Torres Legarreta, determinó un alto grado de similitud que no es casual y lleva a pensar que se trata de la misma persona que escribe en momentos diferentes de su vida. Para el estudio se comparó la grafía de documentos con referencia a Cristóbal Colón y a PedroMadruga pertenecientes en los dos casos al archivo de la Casa de Alba, siguiendo parámetros grafoanalíticos como: orden espacial, dimensión, presión, forma, rapidez, inclinación de las letras, apertura de los óvalos, continuidad y gestos tipo, además del estudio de la firma y de la rúbrica.

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Fernando Colón y el padre Las Casas nos dicen que los corsarios “Colón” eran del mismo linaje y familia que Cristóbal Colón, que Cristóbal Colón navegó con ellos por mucho tiempo y que coincidieron, desde el mismo bando, en la batalla contra barcos genoveses del cavo San Vicente en 1476. Pedro Madruga, que según Alfonso Philippot su madre era “Constanza González Colón” vecina de Pontevedra, luchó junto a estos corsarios durante las guerras de sucesión. Esta relación entre Pedro Madruga y la familia de corsarios “Colón” está de sobra documentada, y más ahora con otro suceso:

El 9 de agosto de 1477 en Medina del Campo el rey Fernando de Aragón firma una real Provisión contra Michel de Nicola, conocido como Michelote y sobrino del la mujer del corsario Guillermo Casanova Colón, por el asesinato de la tripulación de un buque inglés y posteriores tratos con Pedro Madruga en la venta del botín.

Resumido y concretado los motivos que justifican el realizar un coteje de ADN  con  miembros de la Casa de Sotomayor, se hace imperativo que las instituciones y organismos reconduzcan su anquilosada postura. Todavía están a tiempo.  ¡Pro-ADN Colón gallego, YA!

«…me sentía igual a las dos coronas»

En principio, los Reyes Católicos no se mostraron propicios a satisfacer a Colón, por lo que este dijo:

“Pensando lo que yo era me confundía mi humildad;

pero, pensando en lo que llevaba,

me sentía igual a las dos coronas.”

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¿Cómo interpretar este oscuro pasaje? ¿Qué es lo que era Colón? Y ¿qué es lo que llevaba? ¿A qué dos coronas se sentía igual?…

Los catalanistas lo interpretan como que una de esas coronas dos coronas era la del reino de Aragón. Claro… Otros lo interpretan su humildad como que Colón intentaba pasar a ser noble… en fin.

Pero una vez más la moderna tesis gallega encuentra respuestas que nadie tiene, pues sabemos que las dos coronas a las que sirvió Pedro Madruga de Soutomaior -verdadera identidad de Colón- eran la castellana y la portuguesa como señor de Caminha que era (Portugal) y Vizconde de Tuy (Galicia). Es decir, el noble propietario de ambos lados de la frontera del río Miño, e involucrado por tanto con ambos reinos. Efectivamente, sabemos que Pedro Madruga fue fiel seguidor de Enrique IV de Castilla, y que sólo tras la muerte de éste se alía con el rey de Portugal Alfonso V, precisamente para eliminar del acceso al trono a Isabel la Católica. Sigue leyendo «…me sentía igual a las dos coronas»

O «mar português» de Pedro Colón (III) – Cunhados e amigos

Alianças matrimoniais da Casa de Távora – Séc. XV

No apoio ao regresso vitorioso de Pedro Madruga à Galiza, Vasco da Ponte alude também aos cunhados, deduzindo-se que se refere, naturalmente, às relações familiares pós-matrimoniais, estabelecidas com a família de Teresa de Távora. Faz sentido, que nesse âmbito se incluam também os tios – paternos e maternos – , para que se possa construir um breve panorama do meio em que se inseria a casa de Távora, na segunda metade do século XV. Sigue leyendo O «mar português» de Pedro Colón (III) – Cunhados e amigos

O «mar português» de Pedro Colón (II) – Parentes

Vila Nova de Cerveira (1509), por Duarte d’Armas

 

 

 

 

 

 

 

Retomemos o velho texto de Vasco da Ponte. Uma vez casado em terras lusas, o ex-cónego de Tui, Pedro de Soutomaior, recebeu o apoio de “(…) parentes, cunhados e amigos”. Três gradações de parentesco, com ou sem afinidades sanguíneas, capazes de mobilizar vontades e estabelecer semelhantes percursos de vida. Do conhecimento e compreensão do ambiente que o rodeou em Portugal, advém a possibilidade de esboçar um perfil condutor de Pedro Álvares, enquanto vassalo daquela corte.

Respeite-se a ordem do cronista. Em 1468, que parentes tinha Pedro em Portugal? Sigue leyendo O «mar português» de Pedro Colón (II) – Parentes

CRISTOBAL COLÓN NOBLE GALLEGO

Escudo-de-C.-Colon1-300x203Cristóbal Colón  procedía de la nobleza, lo demuestran los hechos y los escritos del Almirante, su vida está ligada con la familia Sotomayor y con Galicia.

La teoría de Colón gallego fue evolucionando con el paso de los años gracias a los nuevos hallazgos realizados por historiadores e investigadores, Cristóbal Colón y Pedro Álvarez de Sotomayor (Conde de Camiña) conocido como Pedro Madruga, noble gallego y portugués, son la misma persona, son muchos los hechos que lo confirman.

Don Celso García de la Riega iniciador de la teoría ya lo menciona cuando sitúa la casa natal de Colón en Poio (Pontevedra) y nos dice que la finca vecina pertenecía a la familia Sotomayor, el historiador Don Enrique Zas nos habla de la estrecha relación con Cristóbal de Sotomayor, más adelante Marcelo Gaya describe a Colón y asegura que tenía que ser algún noble del sur de Pontevedra con una gran relación con la alta nobleza de Portugal, en 1977 don Alfonso Philippot  Abeledo revoluciona la teoría al afirmar que Cristóbal Colón y Pedro Álvarez de Sotomayor famoso noble feudal gallego son la misma persona, las fechas y los hechos empiezan a encajar, todo concuerda, la teoría crece a pasos agigantados, los investigadores encuentran cada día más datos y documentos que lo confirman, esto ya era sabido cinco siglos atrás como apunta Rodrigo Cota González en su  libro “Colón, Pontevedra, Caminha” donde descubre un texto del cronista Francesillo de Zuñiga que circulaba en la corte de Carlos V en el siglo XVI en donde afirma que Diego de Sotomayor hijo de Pedro Álvarez de Sotomayor era hijo de Cristóbal Colón, la vida de Colón va de la mano con la familia Sotomayor. Sigue leyendo CRISTOBAL COLÓN NOBLE GALLEGO

Pavia e o Colón Galego

Hernando Colón garantiu preto no branco na “Historia del Almirante” que o pai, na sua juventude, aprendeu as letras e estudou num lugar chamado Pavia. Não há pois quem pretenda discorrer sobre as origens do “descobridor” que se arrogue passar ao lado desta questão assaz particular.

E se a Pavia italiana – com o seu Studio Generale fundado em 1361 – sempre foi a escolha óbvia sendo a Lombardia região vizinha da Ligúria, também logo houve quem estranhasse a frequência de tão elevado lugar a imberbe cardador de lãs. E mais se pesquisando, se não achou registo que ali colocasse o futuro navegador.

Aventou-se então que o biógrafo – em parágrafos anteriores sempre avesso a afirmar o que não sabia – sucumbira ali à compreensiva tentação de valorizar a sabedoria paterna, usando de inverdade! E se assim não aconteceu, crédito se lhe dê que, melhor ou pior filtrada, tal informação lhe terá chegado por palavras do próprio pai, nalgum momento calmoso da última viagem de Cristobal às Illas e Tierra Firme de Castilla.

Dado em finais do século XIX o mote contestante por Celso Garcia de La Riega, surgiram adiante catalães identificando o minúsculo povoado de Pavia na região de Segarra, e portugueses a vila alentejana de Pavia, sem que em ambos os casos se entenda como se poderia então ter educado um menor de forma a poder vir a “entender os cosmógrafos”, sem a existência local de estudos-gerais, ou mosteiros que lhos ministrassem!

Muito recentemente, Fernando Branco – o português que mais se aproximou de uma identificação credível para um Colón exclusivamente lusitano -, lembrou o rio beirão de Pavia que atravessa o que em tempos foram as terras centrais do ducado de Viseu, título criado para o Infante D. Henrique – o das “descobertas” -, e integrado na coroa com a elevação de D. Manuel a rei de Portugal. Naquela região pôde igualmente identificar um mosteiro mendicante, com fundação de 1410: São Francisco de Orgens. Sendo o almirante devoto franciscano, facilmente se deduz ser esta referência à região do rio Pavia, um dos pontos de maior crédito na tese do engenheiro português.

Esgotando-se em tal Pavia as hipóteses esgrimidas até esta parte, estranha-se que a “mãe” de todos os enunciados não-genovistas, nunca tenha “baixado a terreiro”, reivindicando premissas semelhantes para a educação de um Colón nascido galego! Porque enquanto foi ilustre nativo de Pontevedra sem face conhecida, sempre se supôs instruído entre os beneditinos de São Xoán de Poio; e quando Philippot lhe deu o rosto de Pedro Madruga, se considerou sem mais demandas que a criação se dera entre os dominicanos de Tui, por influência da tutoria de frei Esteban de Soutelo.

Santo Domingo de Tui

E de facto, São Domingos de Tui foi o convento onde este professou e se fez mestre em Sagrada Teologia antes de 1424, ano em que Aureliano Pardo Villar o documenta, ainda ali residindo e ensinando. No entanto, em 1430 já é outro o convento de sua morada, onde é prior, e anos depois, em 1449 por ser eleito Provincial de España, é obrigado a visitações sistemáticas e a uma maior permanência em Castilla, perto da corte. Destituído por bula papal de Fevereiro de 1454, acusado pelo bispo Barrientos no âmbito da reforma da província, só então regressa ao ponto de origem da sua carreira, vivendo em Tui os anos que lhe restaram.

Não se sabendo pois onde se encontrava aquele tutor de Pedro Madruga no início do ano de 1441, impossível se torna atestar o que Alfonso Philippot e Suso Vila garantem: Pedro de Sotomaior “ingressa en el convento de Santo Domingo de Tui, donde cursa sus primeiros estúdios”.

Asseguram por outro lado os fundos documentais da colecção diplomática de São Domingos de Ribadavia, que frei Esteban de Soutelo ali exerceu o cargo de prior em 1430, eleito provavelmente para o triénio 1430-32, uma vez que em 1433 é já frei García de Cusanza o responsável máximo pelo mosteiro.

Prova a listagem da sucessão de priores no convento de Pontevedra afecto à mesma ordem – também publicada por Pardo Villar -, ser corrente que uma vez findo o tempo para que foram eleitos, permanecessem no mesmo convento assumindo novas ou resgatando antigas funções, chegando por vezes a ser reeleitos alguns anos mais tarde. Foi disso caso paradigmático em Pontevedra, frei Pedro de Salnés, prior entre 1432 e 1437, entre 1440 e 1441, em 1445, e num último período entre 1448 e 1451.

Santo Domingo de Ribadavia

Viabilizam estes factos supra mencionados a hipótese de frei Esteban de Soutelo ter continuado a leccionar no convento de Ribadavia, assistindo mesmo ao incêndio que poucos anos mais tarde afectaria parte das instalações. Essa possibilidade autoriza a eventualidade de ainda ali residir quando, por manda testamentária de Fernan Yañez de Soutomaior (Novembro de 1440), tomou a seu cargo a educação para clérigo do jovem Pedro, bastardo que a história conhecerá pela alcunha de “Madruga”.

Acontece que nesses tempos medievos, a vila nascida na margem do rio Avia se conhecia pelo nome latino de Ripa Avie. Cabe ao padre Samuel Eiján tal afirmação, constante nas páginas da sua “Historia de Ribadavia”, e mais atesta que o nome porque actualmente se designa, só foi oficialmente adoptado em sessão camarária de 8 de Dezembro de 1860! Foneticamente soaria então como “Ripavia”, provavelmente com acentuação esdrúxula que lhe adviria pela aglutinação do “a”.

Decerto se não reunirão consensos avaliando semelhanças e igualdades. Nem tampouco se admitirá discutir, se a um velho almirante septuagenário coube pronúncia velada, ou a um jovem grumete ouvido menos atento em terras do Novo Mundo. Porém, a ninguém será indiferente que Ribadavia não tem por que não ser a Pavia onde o Colón galego, no entender do padre Las Casas “estudió los primeiros rudimentos de las letras, mayormente la gramática, y quedó bien experto en la lengua latina”.

 

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El mito de Cristóbal Colón

La propuesta de Marcelo Gaya plantea muchas cuestiones, todas diferentes entre sí, dejando constancia de un conocimiento muy profundo de la tesis gallega, se atreve a discutir muy acertadamente la disonancia  existente del comportamiento de Colón, posterior y anterior al descubrimiento.

Hace un relato pormenorizado del Colón que todos conocemos, profundizando en sus costumbres, lenguaje, personalidad, comportamientos, aptitudes y actitudes. Cómo, sistemáticamente, oculta su origen, incluso a sus hijos, por mas que se investiga, no hay rastro de la vida anterior al descubrimiento del insigne marino. En esencia es lo que todos conocemos del Almirante, enriquecido con aportaciones y apreciaciones personales del autor.

La vida “anterior” del Almirante que nos han enseñado, hoy, como dice E. Zás, dogma petrificado, es la descripción de un personaje con unas características completamente distintas a las conocidas, tal es así que Marcelo Gaya llega a plantear la posibilidad que los dos personajes existieron realmente pero  independientes, y que el descubridor hubiese tomado, o copiado o usurpado, el nombre del genovés. Cita en su libro el siguiente párrafo “Desgraciadamente, sin hablar de las contradicciones que presentan entre sí tales documentaciones  (Se refiere a los documentos genovistas  )y a pesar de que cada una esté sostenida por numerosas pruebas de su exactitud aparente, todas adolecen del mismo defecto: las consecuencias de las noticias que se dan del Cristóbal Colón antes de 1485 están en desacuerdo con los actos del Cristóbal Colón después de 1845, o sea: la reconstrucción de la vida del descubridor de América antes de que entre en la historia no es compatible con lo que de él se sabe después de esa misma entrada en la Historia. Las piezas del rompecabezas de su existencia no concuerdan”.

Las razones de que el Almirante ocultara su pasado antes de 1485, presuponemos que tienen que ver con la vida de P. Madruga, pero eso lo sabemos en la actualidad, M. Gaya coloca a C. Colón en Tuy,  porque evocando el lenguaje del Almirante, mezcla de castellano, portugués y gallego, le hace pensar que su origen estaba en tierras fronterizas, que    mediante tratados entre reinos rectificaban fronteras.

En la primera lectura del libro,  sorprenden algunas ideas del autor que plasma en forma de preguntas, como quien quiere aclarar determinadas lagunas correspondientes a los misterios que rodean “el mito de Cristóbal Colon”.

Al final de segundo capítulo hace una descripción del Almirante en lo tocante a su aspecto físico y rasgos personales donde establece claramente una sustancial diferencia entre el antes y el después de hacer historia.

“En lo tocante al aspecto moral, su personalidad es indiscutible. Volveremos sobre ciertos rasgos característicos de su mentalidad, además de un afán de lucro que le hacía caer en mezquindades indignas de su posición social, una falta total de generosidad, una egolatría sin límites, una grandilocuencia natural rayando a veces en lo poético, una constancia confundible, casi, con la obstinación, el desagradecimiento mas grande cuando su interés estaba en juego, y una bajeza sin límites cuando podía favorecer ese mismo interés. Añadamos a esto una gran irascibilidad, sobre todo para con sus iguales e inferiores, y un auténtico valor ante los peligros acostumbrados de la vida marítima. En una palabra, el carácter de un hombre llenísimo de ambición, falto de escrúpulos, pero en nada el carácter de un viajante corredor de comercio.»

¡El Cristóbal Colón posterior a 1476 no era, pues, el Cristóbal Colón de antes de 1476!

¡Si señor!

 

El mito de Cristóbal Colón. 1953. Marcelo Gaya y Delrue.

Edito: Capitulo 27 de la propuesta Mallorquina de Colón «El enigma de Colón»

La reseña  a continuación escrita pertenece a una publicación del propio Académico efectuada al publicar su libro.

La impresión que se saca de toda la Colombotecapublicada y sin publicar aún, hasta la fecha, pero que nadie se ha atrevido a formular abiertamente, es que Cristóbal Colón, a partir de 1485, y más aún después de 1492, cuando hubo alcanzado la fama, cuenta acerca de su pasado una fábula aprendida, pero mal aprendida, la historia de otro y que se compone, con la historia de este otro, una personalidad de juventud que no es la suya…

Esta impresión notada al leer las biografías más serias y más modernas del Almirante, así como las de sus contemporáneos, se la comunicaba un día a una de mis alumnas cuya vivísima inteligencia y perspicacia siempre me habían seducido y decíale cómo, cualquiera que fuese la hipótesis admitida, uno siempre daba con unas objeciones de tal peso que, en conciencia, veíase obligado a abandonarla para repetirse un constante, irritante y desesperante «¡¿Qué sé yo?!».

Séame lícito dar aquí públicas gracias a esta alumna, la señora doña Genoveva Dire de Boudoire, no sólo por la valiosísima ayuda que aportó en la labor preparatoria de este trabajo, sino también porque me alentó en los momentos de impaciencia (por no decir peor) provocados por el enigma colombino, cuya clave me dió su genial intuición.

«-¿Qué sé yo? -repetíale, pues, un día de perplejidad mayor que la de otros…

-Pero… ¿Y si hubiera habido sustitución de personalidad? -me preguntó, de repente, mi interlocutora.

-¿Cómo es eso?

-Sí, si el Almirante, por una razón o por otra, ¿hubiese tomado el nombre de «Colón» cuando la desaparición del verdadero «Colón»?… En este caso, las biografías del Colón genovés serían exactas pero no se aplicarían al Almirante puesto que serían dos personas diferentes, lo que explicaría esas dudas y esas contradicciones cuando de su juventud se trata y también el que no haya tenido nunca ninguna relación con su supuesta familia genovesa…».

Esta hipótesis, aunque muy atrevida a priori, fue para mí un rayo de luz en esta enmarañada historia.

 

Marcelo Gaya y Delrue
Zaragoza, 1953

«Terra Rubra»

Pôr-do-sol no rio Minho

Muito já se escreveu sobre o tema da expressão latina utilizada em determinada altura pelos irmãos Colón: » (…) DE TERRA RUBRA». Italianos, catalães, gregos e portugueses apresentaram já as suas razões, identificando todos eles inconclusivas posições geográficas para berço ou origem do Almirante e seu irmão. Espero contudo não incorrer em nenhuma falha, se disser que na Galiza, ainda se não apresentou qualquer teoria neste particular. Contudo, como a obra é vasta, desde já avanço as minhas humildes desculpas, se acaso tal houver já acontecido e eu o ignore.

Sem entrar em divagações sobre hipotéticos significados implícitos na conjunção de ambos os vocábulos, será concensual dizer que «TERRA» corresponde à definição de um dos quatro elementos, e «RUBRA», melhor dizendo em latim correcto «RUBERA», não é mais do que a cor vermelha muito intensa, também chamada «vermelhão». Até aqui nada de novo.

Acontece que em tempos muito remotos, certo rio da Península Ibérica era afamado e muito cobiçado por dele se extrair ouro, metal que faz rodar o mundo desde que há memória… E o seu leito cedo foi sujeito às devastadoras demandas eldoradas, resultando da sua exploração um lodo ocre-avermelhado, semelhante aos que se podem encontrar nas minas de ouro ou prata. Infelizmente, ou não, já na Idade Média se acabara há muito tal receita, ficando aos povos apenas sumida memória dos factos, parcamente documentada por esparsos testemunhos que, francamente, até o tempo consumiu.

Porém, algo subsistiu para nos fazer pensar: o nome que designava essa torrente de água. Uma designação que evocava a cor que então o rio parecia levar,  que às populações dos alvores do segundo milénio já não era dado observar, e que nos dias correntes, ante a evidência das suas águas da cor de qualquer rio, nos suscita descrença. Um caudal de água cristalina, a que chamavam «Vermelhão» pela cor das terras que cubria.

Podia ter-se chamado «Rubro», se acaso as águas o fossem. Mas assim não era. «Rubra» era a terra que lhe dava leito, e o rubor apenas transparecia nas águas; não era parte delas. Por isso o achavam de vermelhão pintado mas nunca tingido: «minio» como então se dizia; «Minho» como hoje se lhe chama. A fronteira natural entre Portugal e a Galiza. Por isto, «Terra Rubra» também é «Aqua Minio».

E nunca é tarde para lembrar Marcelo Gaya y Delrue que em 1953, muito longe ainda da tese de Philippot, escrutinava deste modo a origem de Colón: «(…) debía ser un galaico-portugués de la región de Tui (…) de uno de los pueblos que (…) cambió de nacionalidad (…) en 1479, en fin de la guerra de sucesión de Castilla». O retrato de Pedro Madruga… de «Terra Rubra»!

Cambados: o porto da discordia

Comparação entre o recorte costeiro de Acul (Haiti) e Cambados (Galiza)
Fonte: Google Earth

Enrique Zas provou pela primeira vez ao mundo há cerca de noventa anos, que Cristóbal Colón conhecia detalhadamente os portos de Cambados e Santo Tomé, na ria de Arousa. O facto por vezes esquecido de alguns, foi-nos há dias relembrado por Rodrigo Cota, aqui mesmo em “Colonianos”.No seu livro de 1923 “Galicia, Patria de Colón”, Zas apresentou dois mapas traçados à mão: o da baía de Acul, no actual Haiti, a que Colón chamou originalmente «Porto de la Mar de Santo Tomé”; e o da enseada de “Santo Tomé do Mar”, a sul de Cambados que já levava essa designação muito tempo antes da existência do Almirante. Depois reafirmou: “es sorprendente la semejanza de este puerto de Santo Domingo (…) com el que existe en Cambados (Galicia) (…). No es pues solo la configuración sino que también el denominativo, lo que ofrece singular semejanza”.[1]

Nos comentários à entrada em “Colonianos” acima referida, já Fernando Alonso provou por imagens do Google Earth que, além de não ter havido manipulação da parte de Zas, a realidade apresenta as mesmas semelhanças da cartografia. Saliente-se que o relevante não é o serem idênticos que, de facto, não o são e só por milagre o seriam; o que se regista é a sua semelhança morfológica.

Dir-se-ia que Enrique Zas só pecou por não ter sido tão ambicioso na comparação. De facto, entrando no “mar de Cambados” (pedaço da ria frente ao porto daquele nome), as semelhanças são ainda mais gritantes. E é esta outra “prova irrefutável” da comparação entre Acul e Cambados.

Não só esta, como outra que fará o corpo deste texto, baseada na seguinte dedução lógica: se Colón honrou além-mar aquele porto galego que bem conhecia, e os Soutomaior em 100 anos dele usufruíram e por ele litigaram; então COLÓN podia ser um SOUTOMAIOR!

Vista de Cambados sobre o Oceano Atlântico

De facto, em Agosto de 1371[2] o arcebispo de Santiago, reconhecido pelos serviços daquele que fora até então o arcediago do Salnés, D. Álvaro Pais de Soutomaior, concede-lhe entre outras freguesias, Cambados e Santo Tomé (de Nogueira).

Segundo Otero Pedrayo, foi o otorgamento também feito em nome da sua mulher D. Maior de Grés e Moscoso, e em mais duas vidas que lhes sucedessem[3]. Sendo esta senhora sobrinha-neta do arcebispo, deduz-se ter este benefício sido feito, à guisa de dote do matrimónio que ocorreu durante esse mesmo ano, tendo previamente o Soutomaior renunciado aos votos religiosos, para também suceder na Casa paterna, morto que estava o irmão primogénito, precocemente e sem geração.

Conforme sugere Villaverde Román[4], essas decisões unilaterais geravam por vezes sobreposições de interesses entre o arcebispado e as ordens militares que dispunham de jurisdição nos mesmos territórios. Esse foi um dos casos que obrigou a concertação posterior com as ordens do Santo Sepulcro e do Hospital.

Independentemente do processo seguido, a vila e porto de Cambados pertenceu à Casa de Soutomaior desde 1371, na condição de foreira com jurisdição civil e criminal, “alto vajo misto ymperio com sus pechos y derechos y todas las rentas y derechuras del mar y de la tierra y el patronasgo de las yglesias y benefícios”. E da mesma forma lhes pertenceu a jurisdição do porto de Santo Tomé.[5]

Morto Álvaro Pais algures na transição para o século XV, sobreviveu-lhe a viúva que em 1416 ainda vivia na vila, no “pazo e courral deso o piñeiro”, na condição de sucessora no foro, datando desse ano uma escritura em que nomeia os netos Fernan Yañez de Soutomaior e Lope Sánchez de Ulloa, como sucessores “para después de sus dias”.[6] É de crer que se terão cumprido “esses dias” à volta de 1421, uma vez que em Junho desse ano os novos foreiros, sob o testemunho do notário de Pontevedra Alfonso Perez, acertam os pormenores da partição daqueles bens pela metade[7].

Vista sobre O Grove e entrada da enseada de Santo Tomé do Mar, com as ruinas da torre de San Sadurniño.
Foto de J. Mosteiro

Meio século se havia já passado em que os Soutomaior estiveram na posse plena de Cambados. A partir deste acordo de 1421, o aforamento daquela vila portuária e também do porto de Santo Tomé, para além do extenso rol de freguesias, coutos e lugares que lhes estava associada pela concessão do arcebispo Moscoso, passou a ser considerado “pela metade”, entre os Soutomaior e os Ulloa.

Bem sintetiza aquela época da Galiza feudal, o facto de dois nobres de relevância repartirem e estipularem entre si, que bens ficariam ao Santo Sepulcro e quais caberiam aos Hospitalários de São João! A cada um deles, ficava o encargo de 400 maravedis anuais: 200 ao Comendador de Toroño (Ordem de São João); e outros 200 ao Comendador de Pazos de Arenteiro (Ordem do Santo Sepulcro). Magra quantia para decerto bem maiores rendas que a tenência daqueles territórios gerava.

E o interesse na sua posse demonstra-se pela simples leitura das mandas testamentárias ditadas à beira da morte em 1440, pelo primeiro daqueles cavaleiros: a sua sucessão deveria caber sem reservas ao filho único, Álvaro, ainda solteiro; se aquele não viesse a gerar herdeiro legítimo, herdava a tia D. Maior de Soutomaior; e ainda depois desta, caso o “problema” subsistisse, ficaria contemplada a sucessão na Casa àquele Ulloa, mas só na condição de “que tome el apelido, e armas de Sotomayor, e que si lo ansi non ficier e que non pueda haver, ni heredar cosa alguna dello”.[8]Na opinião de Suso Vila, as referidas partições viriam, já na década seguinte, a servir de arras e dote no casamento dos primos Álvaro de Soutomaior e Maria de Ulloa, filhos respectivamente de Fernan Yañez e Lope Sánchez[9]. Procurava-se deste modo, reunir de novo o pleno de Cambados sob tutela dos Soutomaior.

Fachada do pazo que Maria de Ulloa fez reconstruir na metade final do século XV, sobre o antigo pazo onde viveu D. Maior de Grés e Moscoso até cerca de 1420

Sem que a mulher fosse capaz de engendrar um herdeiro, e talvez influenciado pelo exemplo paralelo do rei Enrique IV de quem era próximo, Álvaro de Soutomaior procurou anular o casamento junto da Santa Sé, aparentemente sem nunca o conseguir. Morreu em 1468, na defesa de Tui frente aos “irmandiños”, deixando a viúva como única foreira de Cambados. Remodelaria os velhos pazos e seria promotora da igreja de Santa Mariña do Dozo.

Entretanto, legitimado pelo falecido irmão com autorização expressa de Enrique IV[10], Pedro Madruga, com o apoio, entre outros, do arcebispo de Santiago D. Alonso de Fonseca, derrota a rebelião “irmandiña”, tomando posse de todos os bens “muebles y rraizes” que haviam pertencido àquele Álvaro de Soutomaior. Recuperado o património, serenou-se a nobreza galega nos alvores da década de 70. Só o prelado de Santiago tentava reaver os bens do arcebispado, sob o controle das linhagens mais relevantes.

Contudo em 1471 decorrido que estava exactamente um século desde a concessão inicial, o porto e “vila velha” de Cambados, juntamente com o povoado marinheiro de Santo Tomé do Mar, pareciam afastar-se irremediavelmente da Casa de Soutomaior: insinuava-se o arcebispo Fonseca à viúva Ulloa, com os olhos postos no rendoso “mar de Cambados”!

Vista sobre a entrada da baía de Acul (Haiti).
Foto de Nick Hobgood

Baseando-se em documentos do “Preito Tabera-Fonseca”, Suso Vila ressalta que a delicada situação se pretendeu resolver no seio da própria linhagem, promovendo-se o casamento da libertina viúva com outro Soutomaior, da Casa de Lantañón, filho primogénito do mariscal Sueiro Gómez. Reagiu o arcebispo a contento da amásia, prendendo os referidos cavaleiros e nela gerando Diego, futuro titular consorte do condado de Monterrey[11]. Desse modo se consumava em 1473 aquele concubinato, agravando ainda mais a honra da linhagem do defunto marido, uma vez que, como muito claramente expõe Molinero Merchán, a honestidade das viúvas fazia a honra dos homens da família, “assim como a virgindad en las doncellas y fidelidad en las casadas”.[12] Nisso concorda Suso Vila, para quem o amancebamento de Maria de Ulloa acarretar-lhe-ia a“ perda das arras, e polo tanto da metade de Cambados”.[13]

Pedro Madruga não tardaria a ocupar aquela vila portuária e todo o couto de Nogueira que lhe estava associada. Por isso muito do ódio desenvolvido entre D. Alonso de Fonseca e o futuro visconde de Tui e conde de Caminha, ter-se-á originado nesta disputa por Cambados que se manteve latente ao longo de toda a década de 70.

A instância do senhor de Soutomaior, no ano de 1474 frei Juan de Valenzuela, prior de Leão e Castela na ordem de São João de Jerusalém, apresentou no capítulo de Cuenca, a escritura de 1371, vendo confirmados o seu teor, forma e cláusulas, por se considerarem ainda úteis e proveitosas para os Hospitalários[14]. Ficava assim ganha por Pedro Álvares de Soutomaior, a batalha legal pela metade de Cambados e Nogueira.

MAR DE SANTO TOMÉ
(Nome dado por Colón em Dezembro de 1492)

É sabido que Enrique IV morreu nesse final de ano, deixando o trono de Castela numa indefinição que levou à guerra peninsular opondo Isabel e Fernando de Aragão, a Juana e Afonso de Portugal. Também é lugar-comum que aos primeiros apoiou na Galiza o arcebispo Fonseca, enquanto os segundos tiveram o suporte incondicional de Pedro Madruga. Subitamente, conseguia a guerra por Cambados, um registo ibérico insuspeitado!

Saindo embora derrotado dessa meia década de contendas, o Conde de Caminha viria ainda assim a receber o perdão dos Reis Católicos em Março de 1480, recuperando todos e “qualesquier bienes que, por cabsa de haver servido e seguido al dicho rey de Portogal, le fuesen tomados e ocupados”.[15] Por certo que o assunto dos portos de Cambados e Santo Tomé do Mar, não se resolveu com a mesma facilidade do porto de Cangas, ou das fortalezas de Soutomaior e Fornelos, sobre que não havia dúvidas acerca da sua posse efectiva antes da guerra peninsular. Fonseca, no lado vencedor, pressionava contra a pretensão de Madruga em reaver a metade daqueles territórios, e não acatava a carta[16] que nesse sentido fora enviada a Maria de Ulloa, pela chancelaria real na mesma data.Finalmente, em Abril de 1484, as demandas de um e outro lado parecem ter a solução à vista: Isabel a Católica manda nominalmente que se restitua “a don Pedro Alvarez de Sotomayor, conde de Camiña, los lugares de Cambados y Noguera”.[17]

Avança o conde mais do que a conta, ocupando igualmente a metade que lhe não competia. Reage o arcebispo em defesa da manceba e quatro meses volvidos, novo documento da rainha afasta definitivamente Pedro Madruga da metade de Maria de Ulloa.[18]  Ficava reposta a verdade legal, cabendo no entanto ao Soutomaior algum amargo de boca!Os anos seguintes testemunham o declínio do conde de Caminha, a sua hipotética morte e sucessão do primogénito D. Álvaro de Soutomaior, incapaz de suster a pressão legal imposta sobre muitos dos seus bens. Alonso de Fonseca, procurando a revanche das humilhações que sofrera às mãos do pai do novo titular da Casa, ocupava militarmente os portos atlânticos dos Soutomaior: Cangas e Cambados. A morte de Álvaro, assassinado em 1495, marca o fim da posição dominante da linhagem no trato de mar das rias galegas.

SANTO TOMÉ DO MAR
(Nome antigo e ainda em uso para o «mar de Cambados»)

Nessa altura porém, é de crer que Pedro Madruga vivia ainda, sob a identidade de Cristóbal Colón, procurando reconstruir um novo potentado marítimo para senhorear enquanto “Visorey y Governador General” , e oito anos não eram suficientes para esquecer o orgulho de um século. Santo Tomé do Mar de Cambados por certo continuaria a ser a “menina dos olhos” do Almirante.

A 21 de Dezembro de 1492, reconhecendo a costa do Haiti, deslumbrava-se com certo porto, “hermosíssimo” no seu parecer, cuja entrada desde o mar pareceria “impossible a los que non hubiesen en él entrado, por unas restingas de peñas que pasan desde el monte hasta casi la isla, y no puestas por orden, sino unas acá y otras acullá, unas a la mar y otras a la tierra”.[19] Podia ser o retrato da entrada desde o Atlântico, no mar de Cambados… em Santo Tomé do Mar.

Descrevia ainda que a Oeste da entrada do porto havia um canal com uma boca que dava acesso a uma enseada ideal “para todos los ventos que puedan ventar”, fechada e profunda. A “boca” que a guardava era “muy cerrada de dos restingas de piedra que escassamente la ven sobre agua”. Parecia ter sido feita à mão, deixando “una puerta abierta cuanto los navios puedan entrar”. Só quem nunca viu a enseada de Santo Tomé do Mar e as suas ilhotas rasas à água guardadas pelos escombros de San Sadurniño, pode deixar de reconhecer aqueles traços familiares descritos por Colón

Na posse do diário do Almirante, pôde o padre Bartolomeu de Las Casas resumir o sentir maravilhado do descobridor[20]: “Es el mejor del mundo; púsole nombre el Puerto de la Mar de Santo Tomé, porque era hoy su dia[21]: dijole mar por su grandeza”.


[1] Zas, E. (1923). Galicia, Patria de Colon. (C.P.-C. Habana, Ed.) Habana, Cuba, pp. 32-33.

[2] Rodríguez González, A. (1992). Documentación Medieval del Archivo Histórico Diocesano de Santiago. Compostellanum XXXVII, Nº 3-4, pp. 381

[3] Otero Pedrayo, R. (1951). Bienes y derechos de los caballeros sanjuanistas en tierra de Morrazo y villa de Pontevedra. El Museo de Pontevedra, VI, pp. 33

[4] Villaverde Román, X. C. (1999). As xurisdiccións nas freguesías moañesas durante a Idade Media. (B. P. Moaña, Ed.) Obtido em 26 de Maio de 2012, de Biblioteca Publica de Moaña: http://moana.servidores.net/libros/freguesias.htm

[5] Tato, I. G. (2004). Las Encomiendas Gallegas de la Orden Militar de San Juan de Jerusalén. Estudio y edición documental (Vol. I). Santiago de Compostela, Galicia: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Xunta de Galicia, Instituto de Estudios Gallegos «Padre Sarmiento», pp. 59

[6] ibidem, pp. 61

[7] Martínez, C. P. (2007). Documentos da Orde do Santo Sepulcro en Galicia. Anuário Brigantino, 30, pp. 220-221

[8] Vila, S. (2010). A casa de Soutomaior (1147-1532) (1ª ed.). Noia, Galicia: Editorial Toxosoutos, pp. 448-449

[9] ibidem, pp. 274

[10] ibidem, pp. 461-465

[11] ibidem, pp. 288-289

[12] Molinero Merchán, J. A. (2007). El convento de Santa Clara de la Columna de Belalcázar. Estudio Histórico-Artístico. Córdoba, España: Diputación Provincial de Córdoba – Delegación de Cultura, pp. 62

[13] Vila, S. (2010), pp. 274

[14] Tato, I. G. (2004), pp. 259

[15] La Torre, A., & Fernandez, L. S. (1960). Documentos referentes a las relaciones con Portugal durante el reinado de los Reyes Catolicos (Vol. II). Valladolid, España: Consejo Superior de Investigaciones Cientificas. Patronato Menedez Pelayo, pp. 22-25

[16] AGS. RGS,LEG,148003,343. 7 de Março de 1480

[17]  La Torre, A., & Fernandez, L. S. (1960), pp. 289

[18] Vila, S. (2010), pp. 275

[19] Navarrete, M. F. (1858). Coleccion de los viajes y descubrimentos que hicieron por mar los españoles desde fines del siglo XV (2ª ed., Vol. I). Madrid, España: Imprenta Nacional, pp. 248-249

[20] ibidem, pp. 253

[21] A co-relação entre a data e a festa litúrgica do santo é um facto circunstancial, e não justifica por si só a designação escolhida, face à associação dos termos “Porto” e “Mar”, e à evidente semelhança geográfica com o “mar de Cambados”.

 

Cristóbal Colón y el Comendador Diego de Sotomayor

Hace algo más de un año, tuve la inmensa fortuna de toparme con un texto de Francesillo de Zúñiga, una crónica en la que se mencionaba a Diego de Sotomayor, hijo de Pedro Madruga, como hijo de Cristóbal Colón. La sorpresa fue doble, en primer lugar porque el texto, escrito en el primer tercio del S. XVI y publicado por vez primera a mediados del S. XIX, refrendaba la tesis de Pedro Madruga como verdadera identidad de Colón…………..

Si, como asegura Francesillo, Diego de Sotomayor era hijo de Colón, entonces Colón es Pedro Madruga. En segundo lugar, me sorprendió que el texto hubiera pasado desapercibido durante todo este tiempo a los ojos de todos aquellos que dedican su vida al estudio de Cristóbal Colón.

La autoridad de Francesillo de Zúñiga como cronista queda fuera de toda duda por varios motivos, y más aun en lo que se refiere a la familia Sotomayor, de la que habla con gran conocimiento. Había estado durante años al servicio del duque de Béjar, íntimamente ligado a los Sotomayor y a la Orden de Alcántara, a la que pertenecía Diego de Sotomayor, residente en Extremadura en tierras vecinas a las de su pariente, el propio duque de Béjar. Por otra parte, un análisis exhaustivo del texto de Francesillo no deja lugar a dudas sobre el carácter escrupuloso que imprimía a cada dato que consignaba, aunque se tratara de una obra satírica escrita para solaz de Carlos V, o precisamente por estar dedicada al Emperador. Es imposible encontrar en la “Crónica del Emperador Carlos V” una inexactitud en lo que se refiere a hechos que narra, nombres, parentescos que refleja o fechas. Además, Francesillo tuvo la libertad de escribir sobre todos aquellos asuntos que estaban vetados a los cronistas oficiales por una simple razón: su crónica no fue escrita para ser publicada, y de hecho no se imprimió hasta tres siglos después. Eso permitía al autor bromear sobre asuntos muy serios de los que el rey, destinatario del texto, tenía un amplio conocimiento. Dice Francesillo que Diego de Sotomayor “parece hijo bastardo de Colón, el Almirante de Indias”. Ese “parece” lo utiliza habitualmente para referirse a los que en realidad eran hijos bastardos. En el caso de Diego de Sotomayor tiene un doble sentido, pues Colón no reconocía, obviamente, a los hijos que había tenido con su anterior identidad. Dice luego que el mismo Diego “parece heredero del ladrón que desesperó”. Y en otra parte del texto deja bien claro que el “ladrón que desesperó” es Pedro Madruga, cuyos bienes realmente heredó Diego tras serle confiscados a su sobrino Pedro. Dice también que Diego de Sotomayor aspiraba al maestrazgo de la Orden de Alcántara y se refiere a Colón como solicitador de aquel ascenso. De ser así, esa solicitud tuvo que hacerse años antes, pues Colón murió en 1506. Era habitual que ese tipo de cargos se solicitasen con años de anticipación. Todo encaja en el testimonio de Francesillo con la tesis Colón-Madruga.

Y ya saliéndonos del texto de Francesillo de Zúñiga, la investigación sobre el Comendador Diego de Sotomayor da mucho más de sí, y sospecho que irá a mayores a medida que se vayan conociendo nuevos datos. Hace unos meses tuve la feliz idea de enviar a don António Pedro Sottomayor una copia del libro “El Castillo del Marqués de Mos en Sotomayor”, escrito por la marquesa de Ayerbe. El libro me había llegado a través de Fernando Alonso Conchouso. Así, entre el mayor investigador que existe hoy sobre la tesis Colón-Madruga, que es el Sr. Sottomayor, y el mayor bibliófilo y divulgador, que es el Sr. Alonso, tenemos dos minas que pronto arrojaron sus frutos. A los pocos días me escribía António Pedro y, en su elegante portugués (eso no es mérito suyo, el pueblo portugués escribe con mayor elegancia que nosotros) me hacía ver un dato que a mí se me hubiera escapado de todas todas, y eso sí es mérito suyo. En uno de los apéndices del libro de la marquesa de Ayerbe se reproduce la solicitud de ingreso de Diego de Sotomayor en la Orden de Alcántara. Uno de los testigos que declara en ella es Juan de Estrada, procedente de Vila Real (Portugal). Pedro Madruga tenía una amante en Vila Real, Francisca de Estrada, de la que tuvo un hijo llamado Juan de Estrada, que servía al marqués de Vila Real. Éste puede ser el testigo que declaró a favor de Diego de Sotomayor, ya que es el único de ese nombre que tenemos documentado, aunque no se puede descartar la posibilidad de que existiera otro Juan de Estrada en Vila Real, que en todo caso sería pariente muy cercano de Francisca, la amante de Madruga, ya que la única rama de apellido Estrada que había por aquella época en Vila Real era aquella a la que pertenecía Francisca, y por tanto el testigo Juan de Estrada.  De lo que no hay duda es de que un Juan de Estrada, hijo de Pedro Madruga y Francisca de Estrada, sirvió durante toda su vida al marqués de Vila Real, eso queda claro por abundante documentación. La relación de Madruga con el marqués de Vila Real iba mucho más allá de una simple amistad. Por poner un ejemplo, cuando Pedro Madruga secuestró al obispo de Tui, Diego de Muros, los 700.000 maravedíes del rescate fueron entregados al marqués de Vila Real, lo que nos demuestra que Pedro Madruga tenía una confianza ciega en el marqués.

Todo ello no nos llevaría a ningún lado si Pedro de Meneses, que así se llamaba el marqués de Vila Real no tuviera relación alguna con Colón. Pero el caso es que fue Pedro de Meneses, en una encendida discusión con el obispo de Ceuta quien intentó convencer al rey de Portugal de que patrocinara el viaje de Colón. ¿Defendía el marqués de Vila Real a un Colón cualquiera, jugándose su prestigio y su influencia en la corte portuguesa? Evidentemente, no. El marqués de Vila Real defendía a su amigo y hombre de confianza, Pedro Madruga.

Rodrigo Cota González.