Bernardo Graiver

conferencia en el Club Español .-Buenos Aires «Colón era sefardita y gallego, no genovés».- Extratado del libro de Fernán Mirá

Editó el libro: CRISTÓBAL COLÓN ESPAÑOL, SEFARDITA.

A punto de entrar en prensa esta pre-edición, recibimos un ejemplar del diario LA CAPITAL, de Mar del Plata (26 de abril e 1976) que inserta un artículo bajo este epígrafe:

Afirmación de BERNARDO GRAIVER

COLON ERA SEFARDITA Y GALLEGO, NO GENOVES
A casi medio millar de años del descubrimiento de América aparece un nuevo testimonio sobre el origen —tan debatido— de Cristóbal Colón. Testimonio aparentemente irrefutable surgido de la propia firma del descubridor del Nuevo Mundo, hecho éste tam¬bién desvirtuado si se tiene en cuenta que los fenicios ya conocían las costas americanas hasta el puerto de Catigari, esto es el antiguo Pirú o Perú por el oeste y hasta la hoy Patagonia Argentina por el periplo que comprendía la navegación a través de las Columnas de Hércules y el Océano Atlántico.

Poco antes de la conferencia que sobre el tema pronunció en el Club Español —en cuyo transcurso presentó una prueba del libro en preparación de Fernán Mira —Presidente del Círculo Cultural CRUZADOS DE LA HISPANIDAD- «Partida de Nacimiento de Cristóbal Colón. Español-Gallego-Sefardí», Graiver compartió una charla en la redacción de LA CAPITAL. Polifacético lo recibimos como crítico de arte y conversamos con él no solamente sobre el tema de la conferencia, sino también respecto a las escrituras halla¬das en torteros de la cultura chaco-santiagueña, por ejemplo, y también sobre la ascendencia judía no confesada de algunos personajes que figuran en la historia de nuestro país. Cristóbal Colón. Entre los abundantes testimonios que exhibe Fernán Mirá en su libro, se destacan y por muy valiosos, los que aporta Bernando Graiver estudioso de quien Jacobo Drucarof’f ha dicho: «Es muy poco probable que los contemporáneos valoricen en todo la que merece obra de este investigador excepcional, Bernardo Graiver es el hombre que por sobre todos los quehaceres —que no son pocos— ponerlos en la cúspide y siente en plenitud la convicción de haber logrado cifrar los signos de escritura de los aborígenes del Noroeste Argentino de hace tres mil años. Con pasión encendida e irrenunciable vocación se impuso la idea de ver con ojos nuevos y mirada penetrante e iluminada razón —pericia y pasión unidas —los rastros arqueológicos y las sobreviven las recuperables de viejas culturas de América en obstinado empeño por escrutar incógnitas de aquello por tradición delegada perdió rumbo y equivocó norte». Y que aparentemente nada tiene que ver con Cristóbal Colón, sin embargo está íntimamente ligado con la investigación realizada por Graiver en las culturas precolombinas y por el origen de quien estableció un hito divisorio en el Nuevo Mundo. La firma de Cristóbal Colón —que firmaba Colonis en las cartas a su hijo—, don Graiver, me dio la pauta para investigar sus orígenes hasta establecer sin lugar a dudas que no era genovés —nacionalidad que confesó intencionadamente pura tratar de obtener la ayuda de los magna del dominio—, sino gallego (nacionalidad estigmatizada por Isa La Católica) y sefardí (judío español), raza poco grata a los oídos de Fernando, su esposo. Colón, en la necesidad de obtener el apoyo de los reyes católicos, ocultó su verdadero origen, pero hizo expresa profesión de fe en la firma precedida por el término Adonai (o hebreo «Adonav», Señor mío. Uno de los nombres que los hebreos dan a Dios), y seguido por las letras XMY, que significan jahvé nombre hebreo de Dios comunicado por Dios mismo a Moisés, trata de un término sagrado que sólo pronunciaba el gran sacerdote. Luego de la firma en sí —Colonis, según vimos—, el término «erik que en hebreo significa Santidad, Graiver prosigue poniendo énfasis en la necesidad de Colón ocultar su erigen gallego y sefardita. Gallego, por cuanto Isabel La Católica nunca perdonó que hubiesen luchado por Juana «La Beltraneja», como legítima heredera del trono español y Sefardí porque te los ojos de Fernando sabido era que no ocultaba su antipatía la los judíos españoles, sin que falten testimonios -quizá interesados- que hasta los persiguió con encarnizamiento El artículo finaliza con el ofrecimiento para una próxima nota sobre las investigaciones de Graiver en las escrituras precolombinas halladas en el 1Co Santiagueño: fenicias, fenicias-hebreas, es decir, el arameo siriaco, superpuestas al quechua local.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.