Carlos Penelas

RECORRIENDO VOCES, TEXTOS Y FUENTES

Vamos a recorrer con un poco de humor algunas voces, textos y fuentes. Se sabe que Colón no hablaba italiano a pesar de haber vivido en Génova hasta los 24 años. De hecho las referencias sobre su origen genovés son casi inexistentes. También se dice que tenía modales portugueses, lo que puede significar gallegos
La esfericidad de la Tierra ya estaba en el Corán. Hay versos sumamente elocuentes. Alfraganus, setecientos años antes de la llegada de Colón a América – siglo IX, Jalifato de Al-Mahmún – señaló en su célebre teorema que la medida correcta de la Tierra era de cincuenta millas y dos tercios por grado. Collón, en gallego es testículo. Para ser didácticos: cada una de las dos glándulas ovoideas que segregan el semen y están contenidas en las dos cavidades del escroto. Según se dice era su verdadero apellido y está anotado en una iglesia de Pontevedra. Tiempo después, alguien tachó una “l” y quedó Colón. También se dijo que era judío converso, catalán, mallorquín, castellano, extremeño, corso… “¿Qué le pasa, Penelas?”, preguntará el retrógrado del boticario. Pues bien, que vamos a recorrer con un poco de humor algunas voces, textos y fuentes. Recordemos, al pasar, que como dijo Woody Allen, “hay que trabajar ocho horas y dormir ocho horas , pero no las mismas”. Se sabe que nuestro querido Almirante no hablaba italiano a pesar de haber vivido en Génova hasta los veinticuatro años. De hecho las referencias sobre su origen genovés son casi inexistentes. Se dice que tenía modales portugueses, lo cual puede significar gallegos. No hay que olvidar que una carabela, la Santa María, se la bautizó en principio “La Gallega”. (¿Qué dirá ante estos paupérrimos y conocidos datos mi amigo el historiador? Estará una furia. Le recordaría que “el eco siempre dice la última palabra”.) Celso García, pontevedrés, pronunció una conferencia en la Sociedad Geográfica de Madrid en 1898, año del nacimiento de mi padre. En ella dio a conocer cierta documentación de los siglos XV y XVI. Causó un gran alboroto al afirmar la galleguidad del genovés. Poco tiempo después se afirmó que los documentos estaban manipulados. Pero en 1964, la profesora Rodríguez Solano estableció que no existió tal falsificación en los documentos de Pontevedra. Y se volvió a la carga. No es casual que Alejo Carpentier haya escrito una novela desopilante sobre la vida de este navegante misterioso. En El arpa y la sombra el mundo mágico-primitivo de universal comunión, el drama social y filosófico del hombre moderno, concebido dentro del ámbito de la mitología americana. En 1923, en La Habana, Enrique Zas publicó un ensayo: Galicia, patria de Colón. Pone como ejemplo algo que no lo tomará por tal Menéndez Pidal. Zas habla de las muchas palabras en gallego que el almirante escribió en su diario: pardetas, a la corda, pardeles, toniñas, etc. Recordemos a don Ramón Menéndez Pidal, coruñes, que publicó en 1942, La lengua de Colón, libro de consulta en mis años de estudiante en el Profesorado en Letras. Me acuerdo la colección: Austral, de Espasa. Aún está en mi biblioteca. Luego vendrá la polémica de Francisco Romero de Lema en La lengua de Cristóbal Colón, publicado en 1969. Como ves, mi querido e hipócrita amigo, todo es confuso. Pero la ciencia sigue su curso y sabemos a dónde vamos. Será Alfonso Philippot, vigués, capitán de La Marina Civil quien en 1991 publica La identidad de Cristóbal Colón donde concluye que Colón y Pedro Madruga son la misma persona, hijo natural (¡cuando no!) del conde de Sotomayor. El silencio será una razón de Estado. Siempre las razones de Estado terminan en el silencio. A la tesis de que Colón era gallego dieron su apoyo la condesa de Pardo Bazán, Suárez Picallo, Eduardo Pondal, Castelao, Ramón Cabanillas, entre otros. Roland Barthes creía que la efusión sentimental resulta inexpresable. Tal vez la vida de nuestro descubridor sea eso. Se dice que fue avaro, megalómano, sionista. Para algunos historiadores el legendario almirante chino, Zheng He, descubrió América siete décadas antes que Colón. Éste descubrió sus mapas y lo calló. Por eso llegó a nuestras playas. Más allá de todo recomiendo leer sus diarios de navegación.

Escribe: Carlos Penelas Especial para Nueva Rioja

Carlos Fernández

[Datos biográficos y bibliográficos de Carlos Fernández Santander]
UNA POLÉMICA QUE SE REAVIVA

¿Era Colón gallego?

Cristobal Colón fue un personaje misterioso. Aunque en 1498 el descubridor de América escribió en referencia a Génova: «De ella salí y en ella nací», lo cierto es que no hablaba italiano y casi ni lo chapurreaba. De hecho, las referencias sobre su origen genovés son escasas.

Las claves de una sospecha Colón y Pedro Madruga, la misma persona
(Carlos Fernández)

El Colón que se presentó ante los Reyes Católicos era un personaje de habla y maneras portuguesas, muy parecidas a las gallegas. Otro dato propicio a esta tesis es la participación de Galicia en el descubrimiento, tanto en embarcaciones, caso de La gallega, como en tripulantes.

El pontevedrés Celso García de la Riega rompería el fuego con una conferencia pronunciada en 1898 en la Sociedad Geográfica de Madrid, donde daba a conocer unos documentos de los siglos XV y XVI en los que se citaban varios miembros de una familia de mareantes pontevedreses que se apellidaban de Colón. A partir de esta documentación, el conferenciante preparó un libro que se publicó con el título de Colón español.

No habían pasado dos meses de la publicación del libro cuando De la Riega falleció y al poco tiempo Serrano Sanz denunciaba que los documentos estaban manipulados. En 1917, el sacerdote Oviedo de Arce efectuó un informe en donde se reafirmaba en lo anterior.

Muchos años después, en 1964, la profesora Rodríguez Solano, rehabilitaría a De la Riega con la publicación de un trabajo, parte del cual viene hoy inserto en la voz Colón en la Gran Enciclopedia Gallega. Tras decir que una investigación exhaustiva permitía efectuar un estudio completo, señalaba que se habían encontrado importantes errores en la critica realizada a De la Riega por Serrano, Oviedo de Arce y otros. Resumía su análisis diciendo que no existía falsificación en los documentos de Pontevedra.

Uno de los libros más citados pero menos leído en la polémica del Colón gallego fue el publicado en 1923 en La Habana por Enrique Zas bajo el título de Galicia, patria de Colón.

Zas era al principio contrario a las tesis del Colón gallego, pero rectificó –lo dice en el prólogo– «ante la persuasión y el convencimiento». Comenzaba citando las palabras gallegas que aparecían en el diario del navegante: «Toniñas, garjao, pardelas, matóse, escaramojos, pardetas, forcado, a la corda…..» para seguir con los bautizos geográficos y las similitudes de algunos con los existentes en Galicia, por ejemplo: Mar de Santo Tomé en Santo Domingo con Santo Tomé del Mar en Cambados.

Criticaba Zas la leyenda del Colón genovés del italiano Casoni, remarcando que Colón en aquel tiempo era desconocido en Italia y que él, a su vez, ni hablaba el italiano, a pesar de que se dice que allí estuvo hasta los 24 años, no coincidiendo ni una sola fecha con lo que el mismo escribió sobre sus años de experiencia marinera, pues según aquellas debió de salir a navegar a los 12 años. En el capítulo II califica de apócrifo el testamento de Colón y lo que ha dado en llamarse codicilio, considerando como válido el de 1 de abril de 1502. Pruebas grafológicas y arqueológicas, estudio del linaje de los Colón gallegos, los protectores del Descubridor, estudio de que la tripulación de la primera Gallega (la Santa María) era de aquí, aseveración de que Juan de la Cosa era gallego, son algunos de los temas que trata.

Sigue la polémica

Ya instaurada en España la dictadura de Primo de Rivera, siguieron las publicaciones divergentes, el nombramiento de comisiones investigadoras, etc. En Italia, Mussolini patrocinaba el libro Cristóforo Colombo, citta de Genova (1929), del profesor Monleone, donde se ratificaba una anterior obra de finales del siglo XIX (con motivo del cuarto centenario) conocida como «La Racolta» y donde se establecía que Cristóforo Colombo, hijo de un lanero genovés, era el descubridor de América.

Para que no faltase nada se hizo hasta una película que, titulada Pontevedra, cuna de Colón, fue proyectada en el Teatro Principal de Pontevedra en 1927. Era su autor el fotógrafo Enrique Barreiro y fue una de las primeras películas de color españolas.

Ya durante la República, Pedro Izquierdo Corral publicaría en A Coruña un nuevo alegato: Cristobal Colón, español por Galicia y gallego por Pontevedra. Hay que añadir, también, que a lo largo de este primer tercio del siglo XX dieron su apoyo a las tesis del Colón gallego personajes como Ramón Cabanillas, Castelao, Eduardo Pondal, la condesa de Pardo Bazán, Alfonso del Busto, Angel Bonilla, Leopoldo Eijo y Garay, Suarez Picallo…

Las claves de una sospecha
(Carlos Fernández)

En 1961, la Editorial Citania de Buenos Aires publicó La cuna gallega de Cristobal Colón, de José Mosqueira Manso. Nacido en Ponteceso en 1886, capitán de la Marina Civil y de la reserva Naval, oceanógrafo e ictiólogo, de ideas republicanas, se exilió tras la guerra española del 36, trabajando en la República Dominicana y Venezuela como técnico pesquero del Ministerio de Agricultura.

Mosqueira estaba convencido del origen gallego de Colón. Tras citar todos los documentos descubiertos por García de la Riega, hacía numerosas consideraciones, entre ellas:
1 Si Colón fuese genovés resultaría absurdo y hasta contraproducente el ocultar su verdadero nombre Colombo, ya que en aquella época estaban considerados los genoveses como los mejores cartógrafos y oceanógrafos de Europa. En cambio, si dijera que era gallego y judío se le hubiesen cerrado todas las puertas.
2 Según sus biógrafos, Colón nació en Génova en 1451 y hasta los 23 años ayudó a sus padres en su oficio de lanero (o sea, hasta 1474). Sin

embargo, en su Diario, escribe en la bahía de Santo Domingo: «Yo he navegado 23 años en la mar, sin salir de ella tiempo que se haya de contar». Pues bien, si en 1484 entró en España procedente de Portugal y si hasta 1492 no volvió a salir a la mar, entonces esos 23 años «sin salir de ella tiempo que se haya de contar» hay que restárselos a 1484 para conocer la fecha en que empezó a navegar: el 1461. Luego no pudo estar en Génova en el taller de lanero de su padre hasta 1474. Luego tales Colones –deduce Mosqueira– son dos personas distintas o bien no dice la verdad, como tampoco la dice cuando señala en su testamento que nació en Génova.
3 Otra disconformidad de fechas: el almirante declaró en 1505 que había vivido catorce años en Portugal. Si el Colón de los biógrafos genovistas entró por primera vez en Portugal en 1476 «agarrado a un remo» después del combate de cabo San Vicente, abandonando ese país en 1484 para entrar por «primera vez» en España ¿Cuántos años le corresponden de estadía en Portugal? Si las matemáticas no mienten, sólo ocho. Entonces ese Colón genovés no es el Colón gallego que entró en Portugal en 1470.

4 ¿Por qué el almirante no ha bautizado siquiera una sola nave de sus cuatro flotas con los nombres de La genovesa o La savonesa y si ha bautizado a tres de ellas como La gallega, esto es, la de sobrenombre Santa María del primer viaje, otra en el segundo, naufragada en la costa norte de Santo Domingo en 1495; y otra que participó en el cuarto viaje y fue abandonada en Panamá en abril de 1503?

5 ¿Por qué Colón no hizo con La niña lo mismo que hizo Pinzón con La pinta y arribó a Lisboa, puerto de muy dificil acceso en invierno por su barra, en vez de a Bayona? Porque tenía miedo a ser reconocido por sus paisanos pontevedreses.

Colón y Pedro Madruga, la misma persona
(Carlos Fernández)

En 1942, el historiador Ramón Menéndez Pidal, que era coruñés de nacimiento, escribió La lengua de Colón, publicada en el Boletín Hispánico y luego en la colección Austral de Espasa, en donde se manifestó en contra de las tesis del Colón pontevedrés y atribuyó todas las palabras de origen gallego empleadas por el descubridor a derivaciones del portugués, propias de quien ha permanecido tanto tiempo en dicho país y ha olvidado hasta el idioma propio, el italiano claro.

A Menéndez Pidal le contestó, bastantes años después, Francisco Romero de Lema, con La lengua de Cristobal Colón, publicado en A Coruña por Moret en 1969.

Pero el no va más de las teorías colón–galleguianas tiene por protagonista a Alfonso Philippot, un vigués, capitán de la Marina Civil, que en 1991 editó su obra La identidad de Cristobal Colón, voluminoso texto de 660 páginas, donde aparte insertar numerosa documentación sobre el tema, llega a la sorpredente conclusión de que Cristobal Colón y Pedro Madruga eran la misma persona.

Philippot, que además es de ascendencia italiana, parte del convencimiento de que Cristobal Colón era de una familia noble, por lo que observando los árboles genealógicos de la familia Sotomayor y Colón (la gallega, obviamente) llega a tal conclusión. A mayor abundamiento señala que sale del puerto de Palos porque allí es señor el conde Cifuentes, Juan de Silva y Tenorio, primo de Pedro Madruga; que el rey de Portugal le llama en anterior carta «mi especial amigo»; que Colón al poner cinco anclas en su escudo, dijo que él «no era el primer almirante de su familia» (cada escudo significa un almirante) y la única familia gallega que contaba con cinco marinos de tal graduación en su linaje era la Sotomayor.

Para Philippot, hombre que habla con gran convencimiento, la cuestión no ofrece dudas: Cristobal Colón era Pedro Madruga, hijo natural del conde de Sotomayor y de una Colón que, tras su enfrentamiento con los Reyes Católicos, adopta su identidad primitiva, constituyendo el ocultamiento de su personalidad una razón de Estado.

Braulio Díaz Sal

Periodista del diario «La Nación» y director del periódico «Faro de España» (Buenos Aires) .- fundado por don Ramón Mourente

PROLOGO EXTRACTADO DEL LIBRO DE FERNÁN MIRÁ

CRUZADOS DE LA HISPANIDAD

Querido Fernán Mirá: Estimo que es muy poco lo que puedo aportar a los valiosos testimonios acerca del origen español —concretamente gallego— de Cristóbal Colón. Pero me complace fortalecer tu entusiasmo, digno de un auténtico caballero andante de la Hispanidad. Es decir, de la defensa de la verdad en este caso histórica, y sobre todo cuando tantos y cuantos por ahí, en vez d salir a la palestra, parecieran rehuir —¿por miedo? ¿por provecho; ¿por no comprometerse en algo que consideran fuera de moda?-o soslayar un asunto de tanta trascendencia. En nombre de vieja ilusiones en torno del tema «Colón Español» —hace varías décadas con Elíseo Alonso y otros amigos, sostuvimos una campaña de apoyo a un propósito similar que capitaneaba don Modesto Bará, en Galicia— me satisface llevarte mi solidaridad y fraterno apoyo, come siempre —bien lo sabes— para ‘tu limpió hispanismo. No dudo que Colón era español —¡y qué bien suena!— como creo, también, que tampoco lo dudan, inclusive, muchísimos de los que callan o sostienen otras tesis. Mas no creo que alguien, jamás, antes que él -¿quien hubiera ocultado, por modesto o despistado que fuera, seme ante acontecimiento?— haya estado en el Nuevo Mundo. El hecho de que acá hubiera gentes hasta con costumbres, culturas y rasgos de cierta identidad, poco refleja en favor de cualquier otro descubrimiento. Lo que sucede, amigo Fernán Mirá, es que escuece que haya sido una hazaña de España. A España, a esa España de nuestros amores, se le perdonan pocas cosas. Y especialmente su grandeza y sus glorias. Frente a España no existen indiferentes. O se ama apasionadamente —igual que muchísimos extranjeros que(pusieron como última y suprema voluntad ser enterrados en ella— o se la ataca despiadada y arbitrariamente. Esto enaltece a la estirpe, y que resulta un caso insólito en el mundo. Con la «nacionalidad» con Colón sucede lo mismo. Escribo nacionalidad, conste, porque es su tiempo ya España era Nación… Y bien: No deseo entrar demasiado en lo específicamente histórico, porque tu documentado plan¬eamiento y la erudición de apreciables figuras que también te secundan, rebasan mis sapiencias sobre al rigor cronológico y de investigación. Además, confieso que mee pasma algo tan común como, por ejemplo, la constante aparición de referencias, inéditas, tanto respecto a Colón como de su circunstancia. O sea, de quienes le ayudaron o lo protegieron; de quienes lo acompañaron y, en la medida apreciable compartieron la hazaña, llamada por Agustín de Foxá, en verso inolvidable, «Octavo día de la Creación», Deseo, sin embargo, remarcar es coincidencia que el apellido Colón era común en España, principalmente en Galicia y de modo especial en Pontevedra, donde estaba enraizado desde tiempos remotos. Pero también en otros lugares como, reiterando ejemplos, en el Reino de Aragón. Según documentos hallados por investigadores —que causa¬ron no poca sorpresa– en el Archivo de Protocolos de Zaragoza, en 1426, el alcaide de Agravieso se llamaba Miguel Colón. En 1444, en Lanaja, había un Domingo Colón. En 1450 en la capital zaragozana, un pelaire o cardador, llamado Lorenzo Colón. Todavía el Descubrimiento estaba lejos. También en Zaragoza aparecen: Joao Colón, mercader, en 1453; Mateo Colón, sacerdote (1482); Johan Colón, escudero, Violante de Colón (1484), entre otros. En 1500, figura un Pablo Colón, en Huesca; en 1520, un Joan Colón, sastre y —además de otros Colón en diversos lugares— en 1552, se registra otro Miguel Colón en Fuentes del Ebro. No faltan estudio¬so-, que abogan que la oriundez del apellido es gallega y particular¬mente pontevedresa. Me es grato aceptarlo y añado que es innato el, afán de viajeros que siempre caracterizó a mis paisanos. Perte¬nezco a la provincia de Lugo, y estoy en América. ¿Qué representa lo dicho en renglones arriba? Apenas un testimonio más para agre¬gar a ejemplos que desvirtúan todos loe «alegatos» de un Colón no español. Cruz diablo con asociarlo a la multitud de Colombos que ha producido Italia … Y lo insólito es que en la enseñanza espa¬ñola figura como «genovés». Extremo graciosamente tratado en tu castizo romance y en rigurosa rima, con objetividad meridiana, puntualizada en los octasílabos de tu aclaratorio EXORDIO. Y eres LÚ, un argentino y por descontado un irreductible hispanoamericano el que valientemente te diriges a editores y educadores nuestro ámbito afectivo, marcando una pauta que debía ser preceptiva. Por lo menos, como está expuesta en la transcripción que haces de la «Historia de España», de Agustín Blázquez Fraile. Todos los nombres dados por Colón a las tierras descubiertas eran españoles. Tanto en el sentido topográfico como en el hagiográfico, sea, los unos, homónimos en su mayoría de la toponimia gallega pontevedresa, y los otros, de venerados nombres de nuestro santoral católico. Ni uno de ninguna nación extranjera. Como queda dicho por otra parte, el apellido Colón parece que era usual en muchos lugares de España. El hecho de que en su léxico haya vocablos comunes en el área mediterránea, debe entenderse que era así el idioma español de entonces, y no es ortodoxo andar con especulación fuera de lugar. Recuérdese, también, que cuando Colón propuso el viaje a los Reyes Católicos, solamente les ofreció una aventura, Si él tenía la idea de que más allá del horizonte atlántico pudiera haber tierra, es evidente que Isabel de Castilla poseía ,1a fe o ;; corazonada, y que Fernando las compartía. LO demás son fantasías en muchos casos interesada). Respecto a la ascendencia judía de Colón, y que era sefardita (cristiano nuevo o converso), es; más que probado, y aunque a mi vez podría dar innumerables con rancias creo que el aserto está bien nutrido con las citas que brindas sin embagues —»a calzón quitado «— y con toda valentía, en ( meritorio y original trabajo, finalmente de la «socorrida cuna «genovesa» —refutada por una veintena de localidades itálicas, y si así fuera, la gloría del Descubrimiento, y de conquista y civilización de América, jamás podría discutirse a España, aunque soportemos con pesadumbre, que el Continente no se apellide Colombia, o Isabela, o con toda propiedad Hispania. Hay un detalle simpatiquísimo que traigo a colación —para endulzar un tanto el amargor apesadumbrado—, que muchos desconocen y acaso algunos olvidan: una de las islas de la desembocadura, del Ebro se LLAMA Genova, nombre que también se repite, geográficamente, para determinar un caserío de la provincia de Baleares, municipio de Paira de Mallorca. No deja de ser una humorada lo dicho.

Adelante, pues, con tu hidalgo empeño reivindicador .¡Qué bien suena este verso tuyo!

¿Qué se anhela o se propende

Con esa publicación?

Hay una sola razón:

¡ESPAÑA! Así lo entiende

Quien al honrarla pretende

-como Hispanoamericano-

Que el linde del océano

No tenga aquende ni allende.
Adelante, repito, con tu perseverancia vindicadora, para legitimo servicio de la Justicia Histórica y mayor gloria de Dios y de la Hispanidad.

Braulio Díaz Sal

Bernardo Graiver

conferencia en el Club Español .-Buenos Aires «Colón era sefardita y gallego, no genovés».- Extratado del libro de Fernán Mirá

Editó el libro: CRISTÓBAL COLÓN ESPAÑOL, SEFARDITA.

A punto de entrar en prensa esta pre-edición, recibimos un ejemplar del diario LA CAPITAL, de Mar del Plata (26 de abril e 1976) que inserta un artículo bajo este epígrafe:

Afirmación de BERNARDO GRAIVER

COLON ERA SEFARDITA Y GALLEGO, NO GENOVES
A casi medio millar de años del descubrimiento de América aparece un nuevo testimonio sobre el origen —tan debatido— de Cristóbal Colón. Testimonio aparentemente irrefutable surgido de la propia firma del descubridor del Nuevo Mundo, hecho éste tam¬bién desvirtuado si se tiene en cuenta que los fenicios ya conocían las costas americanas hasta el puerto de Catigari, esto es el antiguo Pirú o Perú por el oeste y hasta la hoy Patagonia Argentina por el periplo que comprendía la navegación a través de las Columnas de Hércules y el Océano Atlántico.

Poco antes de la conferencia que sobre el tema pronunció en el Club Español —en cuyo transcurso presentó una prueba del libro en preparación de Fernán Mira —Presidente del Círculo Cultural CRUZADOS DE LA HISPANIDAD- «Partida de Nacimiento de Cristóbal Colón. Español-Gallego-Sefardí», Graiver compartió una charla en la redacción de LA CAPITAL. Polifacético lo recibimos como crítico de arte y conversamos con él no solamente sobre el tema de la conferencia, sino también respecto a las escrituras halla¬das en torteros de la cultura chaco-santiagueña, por ejemplo, y también sobre la ascendencia judía no confesada de algunos personajes que figuran en la historia de nuestro país. Cristóbal Colón. Entre los abundantes testimonios que exhibe Fernán Mirá en su libro, se destacan y por muy valiosos, los que aporta Bernando Graiver estudioso de quien Jacobo Drucarof’f ha dicho: «Es muy poco probable que los contemporáneos valoricen en todo la que merece obra de este investigador excepcional, Bernardo Graiver es el hombre que por sobre todos los quehaceres —que no son pocos— ponerlos en la cúspide y siente en plenitud la convicción de haber logrado cifrar los signos de escritura de los aborígenes del Noroeste Argentino de hace tres mil años. Con pasión encendida e irrenunciable vocación se impuso la idea de ver con ojos nuevos y mirada penetrante e iluminada razón —pericia y pasión unidas —los rastros arqueológicos y las sobreviven las recuperables de viejas culturas de América en obstinado empeño por escrutar incógnitas de aquello por tradición delegada perdió rumbo y equivocó norte». Y que aparentemente nada tiene que ver con Cristóbal Colón, sin embargo está íntimamente ligado con la investigación realizada por Graiver en las culturas precolombinas y por el origen de quien estableció un hito divisorio en el Nuevo Mundo. La firma de Cristóbal Colón —que firmaba Colonis en las cartas a su hijo—, don Graiver, me dio la pauta para investigar sus orígenes hasta establecer sin lugar a dudas que no era genovés —nacionalidad que confesó intencionadamente pura tratar de obtener la ayuda de los magna del dominio—, sino gallego (nacionalidad estigmatizada por Isa La Católica) y sefardí (judío español), raza poco grata a los oídos de Fernando, su esposo. Colón, en la necesidad de obtener el apoyo de los reyes católicos, ocultó su verdadero origen, pero hizo expresa profesión de fe en la firma precedida por el término Adonai (o hebreo «Adonav», Señor mío. Uno de los nombres que los hebreos dan a Dios), y seguido por las letras XMY, que significan jahvé nombre hebreo de Dios comunicado por Dios mismo a Moisés, trata de un término sagrado que sólo pronunciaba el gran sacerdote. Luego de la firma en sí —Colonis, según vimos—, el término «erik que en hebreo significa Santidad, Graiver prosigue poniendo énfasis en la necesidad de Colón ocultar su erigen gallego y sefardita. Gallego, por cuanto Isabel La Católica nunca perdonó que hubiesen luchado por Juana «La Beltraneja», como legítima heredera del trono español y Sefardí porque te los ojos de Fernando sabido era que no ocultaba su antipatía la los judíos españoles, sin que falten testimonios -quizá interesados- que hasta los persiguió con encarnizamiento El artículo finaliza con el ofrecimiento para una próxima nota sobre las investigaciones de Graiver en las escrituras precolombinas halladas en el 1Co Santiagueño: fenicias, fenicias-hebreas, es decir, el arameo siriaco, superpuestas al quechua local.

Baltasar Galán

[Publicado el 13 de octubre de 1973 en ABC]
Colón, español

El día 6 de los corrientes leímos en A B C, en una información sobre un homenaje al Descubrimiento del Nuevo Mundo, en América, en la que Nixon, al aludir a Cristóbal Colón, dijo “hijo de Italia”, sin hacer la menor mención a España.

Esa declaración y el considerar que tanto fuera de nuestras fronteras como dentro aún hay quien sigue considerando genovés a Colón nos impulsa a dar una voz más diciendo que Colón nació en Galicia; Si durante siglos sé consideró a Colón genovés hace más de medio que de manera clara, firme, irrefutable, se demostró su verdadera nacionalidad.

El eminente historiador y polígrafo don Pedro García de la Riega tuvo el honor de despejar la incógnita que durante cinco siglos habían sostenido historiadores de todos los matices.

El hasta entonces navegante genovés se trueca de repente; se presenta de una manera que no admite la más pequeña duda de genovés en gallego.

Mas de treinta años tardó, con paciencia sin par, el sabio señor La Riega revolviendo antiguos archivos, exhumando viejos documentos, investigando la tradición, hasta que reunió los documentos auténticos, que con la mayor evidencia prueban que e1 descubridor del Nuevo Mundo nació en Pontevedra.

Todos esos trabajos se terminaron en la primera docena de este siglo, y en 1912, y precisamente en Nueva York, se publicó un libro para su distribución por todo el mundo civilizado, del que se hizo eco la Prensa de muchas naciones, entre ellas Inglaterra, Alemania, Austria, Italia y Rusia, ocupándose extensamente de los documentos encontrados por el doctor La Riega, y han gritado ante el mundo:

¡Colón nació en Galicia! También por entonces la Asociación Colombina de Portugal, al tener noticia de ese descubrimiento, se reunió bajo la presidencia de don Teófilo Braga, que pronunció un histórico y elocuente discurso sobre “Los hechos de Colón”, y el en aquellos tiempos rector de la Universidad de Santiago de Chile, doctor Valentín Letelier en la apertura de curso, dijo: “Acaba de comprobarse documentalmente de manera irrefutable que Cristóbal Colón nació en España, en la ciudad, de Pontevedra.

Así lo divulgó también ante el mundo el miembro de la Real Sociedad Geográfica Española don Constantino de Horta y Pardo, en su hermoso libro que hemos mencionado “LA VERDADERA CUNA DE CRISTÓBAL COLÓN” en el que figuran unos 17, facsímiles de otros tantos documentos, de diferentes operaciones, de la familia Colón, todos extendidos en Pontevedra.

Pero el polvo que se levantó de esos viejos documentos, por nuestra indolencia, volvió a caer sobre los mismos dejando al descubierto al Colón genovés, sin el, más leve sostén, y así lo creen hoy muchos españoles y extranjeros, olvidando que el descubrimiento de América es uno de los hechos de mayor importancia y trascendencia de nuestra gloriosa historia. Gritemos fuerte ante el mundo entero: ¡Colón nació en Pontevedra! Ese gran paso en avancé de la humanidad llevando nuestra lengua y costumbres a nuevas tierras, como tantos otros que forman nuestra historia, son las glorias de España.

Baltasar Galán.

Asociación Pro-Colón Gallego

EXPOSICIÓN «COLON GALLEGO» Patrocina: ILUSTRÍSIMO AYUNTAMIENTO DE POIO Y CONCEJALÍA DE CULTURA En colaboración con: LA ASOCIACIÓN PRO-COLÓN-ÜALLEGQ Y EL MONASTERIO DE SAN JUAN DE POIO LUGAR: MONASTERIO DE SAN JUAN DE POIO DÍAS:9 AL 12 DE OCTUBRE DE 1990 . 60. Don Ramón det Valle Inclán. : ‘ • • ; 61. Panorama de Porto Santo. (Pontevedra). – >.; 62. Isla das Ratas. (Ría de Pontevedra). . … 63. Santo Tomé do Mar. (6 «Mar de Santo Tomé»). 64. Cambados, lo «Camban», Cuba). 65. Informe de la Real Academia de la Historia. 66. El P. Tomás Barreira. 67. Don José Mosqueira Manso. 68. Don Modesto Bará. 69. Don Enrique Barreiro, 70. Don Julio Tortosa Franco. 71. Imagen de Nuestra Señora de la O, Pavona de Pontevedra.. 72. Reivindicación de los documentos de Pontevedra. 73. Doña Emilia Rodríguez Solano. 74. Boca de las Carabelas (Ría de Vigo). 75. Punta Pierna. (Islas Cíes o de Baiona).

Asociación Cultural Cristóbal Colón

EXPOSICIÓN FILATÉLICA POYO Convento T. T. Mercedarios Los Días 11 y 12 de Octubre de 1992 ORGANIZA PEÑA FILATÉLICA Y NUMISMÁTICA «RÍASBAIXAS» DE PONTEVEDRA Poio – Pontevedra

Era el día 2 de Agosto de 1492, festividad de la Virgen de la Rábida¡ cuando con hombres, naves y vituallas a punto, Cristóbal Cotón mandó embarcar a toda su gente. Después de múltiples y azarosas peripecias durante la noche del 11 ó 12 de Octubre de 1492, el vigía, de «La pinta’, Rodrigo de Triana, lanzó el ansiado grito de ¡Tierra!; eran las costas de Guanahaní, hoy tierras de América. ‘En la mañana de ese memorable día el almirante Virrey y (Gobernador general, saltó a tierra armado y portando la tandera ‘KgaC ‘Española. Al lado de los dos Capitanes, Martín y Vicente yañez Pinzón, con dos banderas con la Cruz y las letras iniciaCes de los reyes una f y una y. Colón tomó posesión de la tierra en nombre de sus reyes, ante el escribano de toda la Armada, don Rodrigo de Escobedo. Se había iniciado la etapa más portentosa que había vivido la Humanidad: el descubrimiento de América. La teoría de Colón pontevedrés, identidad que doy sostiene el historiador, Don Alfonso Philiippot Abeledo, de su nacimiento en Porto Santo -‘Poio- (Pontevedra), tiene en la actualidad, grandes adeptos a la citada nacionalidad del almirante. Mario Gallego Conde

1.a- M.a Victoria López Pereira ( Cronología de Colón ) 2.a- M.a Victoria Reynoso Rodríguez / . . ( Colón ) 3.°- Concepción Prieto ( Navegantes ) 4.a- Alba Gallego Iglesias (Tarjetas y Sobres con matasellos colombino» } 5.a- Mario Gallego Conde (V Centenario del Descubrimiento ) 6.u- José Luis López Carragal ( Barcos ) 7.°- Manuel Dobarro Sornoza (V Centenario) 8.e- Eladio Rosario Muiños ( Descubrimiento de América por Colón y seguidores ) 9.u- Miguel Rodríguez Rey ( Personajes y Conquistadores de América ) 10.Q- Manuel García Docal (V Centenario) (Cristóbal (Uolmt y el A punto de cumplirse 500 años de aquel 12 de Octubre de 1492 en la que la tenacidad de un hombre y el esfuerzo de otros se consiguió la proeza más importante de la historia de la humanidad: el descubrimiento del Nuevo Mundo. Los historiadores nos relatan el proceso con documentos, cartas y objetos de cómo se llevó a cabo el camino que desembocó en aquel grito de Rodrigo de Triana: TIERRA, en el que se recoge el anhelo, la alegría y el término de un sinfín de desgracias y desventuras que se fueron sucediendo antes y durante la travesía atlántica. Cuando todo está claro, cuando tenemos ante nosotros la empresa descubridora, netamente española, que podemos seguir a lo largo de la historia hasta hoy, nos encontramos que aún no está desvelado el misterio ni la procedencia del hombre que puso su vida y su esfuerzo ai servicio de esta causa: CRISTÓBAL COLON. El origen de Colón se debate aún hoy, pero debe sacar a cualquier historiador honrado de sus pseud oposiciones de la autenticidad de que «CRISTÓBAL COLON», descubridor del Nuevo Mundo, era de origen, pensamiento y de vida, totalmente gallego, según indicios, de Porto Santo, de San Salvador de Poio. La tesis moderna de Celso García de la Riega, Alfonso Phillippot Abeledo, Valentín Paz Andrade, Emilia S. Solana y otros escritores, exponen y demuestran el origen del Almirante. La tesis de que Colón era genovés es la más popular, pero según Phillippot la más en crisis en este momento, ya que está puesta en tela de juicio por casi todos los historiadores, y en realidad quien ayudó a echarla por el suelo fue la gallega. La genovesa adolece de un montón de defectos; el primero, que él no era Colombo, como los de Genova, sino Colón. En 1583, D.- Francisca Colón se trasladó a Genova porque D. Baltar Colombo de los Sres. del Castillo, entabló litigio sobre el mayorazgo, bienes y oficios que fundara Cristóbal Colón. Nicolao de Grimaldo, Príncipe de Salermo de 83 años de edad preguntándole D.- Francisca si conocía algún Colón en la ciudad de Genova, asombrándose de la respuesta, contestó: en todos los