Cristina Fernández vs. Cristóbal Colón: ¿y si la historia que nos contaron es errónea?

Una estatua acostada tras la Casa de Gobierno -la de Cristóbal Colón- que ahora no saben qué hacer con ella, sigue siendo parte de una controversia absurda.

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Jorge Boimvaser

Y lo más interesante, la historia que nos enseñan en el colegio ha sido desfigurada y un hombre de conducta intachable se dedicó a investigarla. Aquí te la contamos.

Simon Wiesenthal, fue el más renombrado cazador de nazis de la post guerra. «Cazador» es una palabra que no encaja perfectamente, porque en realidad Wiesenthal se dedicó a buscar nazis prófugos, denunciarlos y hacerlos compadecer en el banquillo de los acusados por el genocidio judío del nazismo.

Un centro que lleva su nombre es en la actualidad una organización renombrada mundialmente, porque entre otras cosas jamás utilizó la palabra venganza sino siempre el término justicia. Un ejemplo para todas las generaciones y para quienes desconocen la historia de este tremendo arquitecto que se salvó del holocausto de Hitler y vivió para seguir genocidas hasta cumplir su cometido.

Lo que muchos ignoran es una obra de investigación histórica tremenda que escribió Wiesenthal llamado «Operación Nuevo Mundo» (La misión secreta de Cristóbal Colón), que le ofrece una vuelta de tuerca al asunto del descubrimiento de América.

En 1976, a la par que perseguía y encontraba a todos los jerarcas nazis que participaron en la matanza de judíos («encontré a todos los que buscaba», expresó cuando finalizó su trabajo en abril del 2003, el mismo Wiesenthal que había permanecido en campos de concentración nazis), publicó el libro que transgredía el relato enseñado históricamente tras una investigación que mantuvo en secreto hasta la edición inicial.

Y un detalle para resaltar la figura de este hombre fallecido a los 95 años. Le habían quedado nombres de genocidas en su libreta, pero Wiesenthal no quiso seguir esa búsqueda porque esos asesinos prófugos ya estaban ancianos y débiles para afrontar un juicio en el banquillo de los acusados. Ejemplo de un hombre íntegro, sin fisuras ni rencores.

Por eso, su trabajo en el libro «Operación Nuevo Mundo» no puede ignorarse, y menos aún cuando remover la figura de Cristóbal Colón que estaba instalada a espaldas de la Casa de Gobierno genera una polémica con las comunidades venecianas en la Argentina, justo en un país donde las colectividades siempre se han llevado de maravillas y no hay derecho a mancillar esa relación histórica entre todos quienes bajaron de los barcos e hicieron una gran Argentina, sin rivalidades ni enfrentamientos.

¿Qué plantea «Operación Nuevo Mundo» como para mostrarnos que Cristóbal Colón no fue uno de los conquistadores genocidas que arrasaron con los pueblos originarios de toda América («te dejo La Biblia y me llevo tu oro, y si no lo aceptas te mato», sería la síntesis de las matanzas de los conquistadores)…?

La sinopsis de la obra sería así: el 2 de agosto de 1492 entraba en vigencia el llamado «Edicto de Granada», una disposición hecha para expulsar a los judíos de España.

Los judíos no tenían tierra de escape, solo que en los puertos de España se escuchaban comentarios de marineros y mercaderes que relataban la existencia de Tribus de Israel en sitios de Oriente, donde los hebreos vivían en paz y sin ser perseguidos por nadie.

Wiesenthal consultó mil documentos y hasta realizó un detallado análisis de Colón para llegar a la conclusión de que su origen era judío, y de allí su interés no de conquistar un nuevo mundo para saquearlo sino para rescatar a los judíos de España, que les esperaba un grave final si se cumplía el «Edicto de Granada».

Que Colón haya ocultado su origen hebreo como tantas personas de su época para salvarse de las persecuciones, es parte del argumento del libro.

Aunque algún ejemplar de «Operación Nuevo Mundo» puede estar en las librerías virtuales, su texto completo puede descargarse de internet.

Los marineros de su tripulación no fueron entonces presidiarios embarcados sino judíos salvados de la inquisición que tanto estrago produjo en la Edad Media. Y su búsqueda no fue para una conquista ni matanza de indios, sino una patriada para salvar a su gente de una persecución atroz.

No hay historiador que se atreva a disentir con una figura de la talla de Simón Wiesenthal, a lo sumo lo que viene ocurriendo con «Operación Nuevo Mundo» desde su publicación original en 1976; es que la obra permanece ignorada -ninguneada es el término apropiado-, por quienes sólo se atreven a repetir el texto de la historia oficial.

Ahora que la hacemos pública y puede ser consultada por cualquiera que tenga interés en el asunto, ¿por qué no terminamos con esa polémica de Cristina Fernández versus Cristóbal Colón, volvemos a erigir el monumento en el lugar que estaba, y dejamos de buscar polémicas absurdas que sólo sirven para enfrentar a los argentinos?

Sería bueno para el humor colectivo bajar la densidad de los enfrentamientos y sobre todo que la Presidente deje de escuchar a los pigmeos que le acercan ideas que además de falsas no sirven para ninguna causa.

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