¿Donde reposan los restos de Colón?

LOS RESTOS DE COLÓN

Así como el origen de Cristóbal Colón, no ha sido todavía perfilado. Así como cada día que transcurre, la hipótesis de que el descubridor era de Pontevedra es menos descabellada y tiene, de momento, tantos visos de verosimilitud como la tesis genovesa; también sigue existiendo gran polémica acerca del sitio exacto donde reposan los restos de Cristóbal Colón. Todo ello conforme nos acercamos al V Centenario del Descubrimiento, cobra actualidad.

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En la «Guía Colombiana», editada con ocasión del IV centenario del descubrimiento, su autor, Manuel Jarreto Panlagua, recoge las palabras que Colón dirige a su hijo:

«Poco, hijo mío, me han valido veinte anos de servicios, pues he servido con tanta fe que hoy no tengo en Castilla una teja; si quiero comer o dormir, no tengo salvo el mesón o taberna, y las más de las veces, ¡hijo mío!, falta para el escote.»

 

El autor de la mencionada obra en homenaje al inmortal marina, se lamenta de ingratitudes y suplantaciones de esta guisa: «Y como si el infierna agrupara contra él desgracias, Vespucio da su nombre a las regiones descubiertas; los que ignoran su miseria le llaman avaro; Cortés y Pizarra eclipsan su gloria; se le cree plagiario; se dice que había tenido noticia de la existencia del Nuevo Mundo por un libro de la biblioteca de Inocencio VIII; se atribuye el primer viaje a daneses, a noruegos, a normandos, a germánicos…
Colón todo lo oye, todo lo sabe; todo lo sufre; nadie le visita; vive en la miseria; la gota lo rinde; el sepulcro lo llama y dicta su testamento…» Muere en brazos de su hijo Diego, en Valladolid, el 20 de mayo de 1506.

 

LOS DISTINTOS ENTERRAMIENTOS

Está claro que al primer enterramiento de Cristóbal Colón fue en el convento de San Francisco, de la ciudad del Pisuerga.
En fecha ignorada, sus restos fueran trasladados a la Cartuja de Santa María de las Cuevas, extramuros de la ciudad efe Sevilla. Tiempo después, respondiendo a los deseos expresados por él, fue— ron depositadas en la iglesia catedral de Santo Dominga, hecho que se hizo valer por haber aparecido en unas reparaciones verificadas en el templo por Fray Roque Coccia en 1877, una urna de plomo que contenía unos restos mortales que el creyó pertenecían a Colón.
Percatada de tan trascendente tema el Gobierno español, el entonces ministerio de Fomento encargó al historiador Colmeiro el estudio del asunto, pero el informe redactado no resolvió la cuestión de si los despojos correspondían al famoso marino.
Fue en 1945, con ocasión de unas declaraciones del historiador americano Álvarez Pedroso al «Diario de la Marina», en la que se insistía que los restos de Colón estaban en la catedral de Santo Domingo, dio motivo a que Antonio Ballesteros Serete, catedrático de la Universidad Central de Madrid, presentará un extenso informe, ampliando la documentación dada a la luz par Colmeiro, que fue hecho suyo por la Real Academia de la Histeria en sesión plenaria de diciembre de 1946, en el que se rebaten la mayoría de los argumentos de Álvarez Pedroso, haciéndose constar que las aludidos restos fueran trasladados de Valladolid a la Cartuja de las Cuevas, en 1509, partiendo desde ésta a la isla de Santo Domingo, en 1536, suponiéndose que el cabildo catedral se resistió a recibir sus restos, llevándose éstos a la catedral de La Habana en 1795, y después de la guerra con los EE.UU. (1898), fueron trasladados a España.

 

LA VERSION DOMINICANA

La versión anteriormente expuesta tiene su réplica. Remontémonos al año 1795, fecha en la que firma el Tratado de Basilea, por la que España cede a Francia la isla de Santo Domingo. Un militar, Gabriel de Aristizábal, sería el encargado de evacuar, con todos los buques disponibles en la zona de las Antillas en mayor número posible de españoles; pero también tiene otro firme propósito, llevarse a la Catedral de La Habana los restos de Cristóbal Colon.

 

No eran muchos los datos, ni rigurosamente fiables, Habría que fiarse de lo que afirmaba la tradición, y ésta aseguraba que «las reliquias de Cristóbal Colón habían sido depositadas en el presbiterio de la catedral, del lado del Evangelio, el lugar don de solía colocarse el dosel arzobispal». El militar dio estos datos al arzobispo que procedió a la exhumación que tendría lugar el 20 de noviembre de 1795.

 

A partir de aquí comienza la polémica. ¿Fueron o no los restos de Cristóbal Calón los que se exhumaron?. Lo que diversos historiadores han deducido del acta que levantó el escribano, es que no se puede afirmar que los restos sean de Cristóbal Colón.
Desde 1887, o 1898, esta cuestión enfrenta a dos ciudades; Sevilla, que tiene unos restos, traídos en 1858 de La Habana, llevados allí desde Santo Domingo, donde fueron precipitadamente exhuma dos en 1795. Y en la Catedral de Santo Domingo hay otros restos, que se dicen fueron encontrados durante unas obras de readaptación del presbiterio el 10 de septiembre de 1877.
Muy recientemente, una innovadora y original tesis ha revolucionado a los seguidores de las dos históricas existentes hasta el momento: la dominicana y la sevillana. José de la Pena Cámara exdirector del Archivo General de Indias, expone que los restos de Colón se encontrarían repartidos entre las catedrales de Santo Domingo y Sevilla. No obstante la contestación a esta hipótesis por parte de los historiadores de Santo Domingo no se hizo esperar. Carlos Esteban Deive, antropólogo, diplomático dominicano, respondió a De la Peña, en un artículo en la revista «Sevilla’92», en el n-2 de fecha, febrero 1985, en la siguiente forma: «La hipótesis del historiador De la Peña nos perece una solución Salomónica y, por ser una mera especulación, sin asidero documental que la apoye, en modo alguno resulta convincente».

 

Es indudable que la ciencia histórica tiene cada vez más medie para la investigación, tampoco se puede olvidar que la posibilidad de los testimonios directos, no existe. Pero no obstante nuestros expertos no deben, ni pueden renunciar a «Cristóbal Colón» como un enigma, quizá el más grande de la Historia de España. ¿Donde nació? ¿Donde descansan sus restos? La investigación debe proseguir. Tenemos un reto científico e histórico en ello.

 

Por: Roberto Taboada Rivadulla (1986)

Nota: El 1 de agosto de 2006 el equipo de investigación dirigido por José Antonio Lorente, médico forense y director del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada, que estudia los huesos atribuidos al almirante que están en la catedral de Sevilla desde 1898, confirmó que «sí son los de Cristóbal Colón». Esta afirmación está basada en el estudio del ADN comparado con el de su hermano menor Diego y con los de su hijo Hernando. Según los estudios de ADN, se determina que Cristóbal Colón era varón, de entre 50 y 70 años, sin marcas de patología, sin osteoporosis y con alguna caries. Mediterráneo, medianamente robusto y de talla mediana. Todavía se espera que las autoridades de la República Dominicana permitan el estudio de los restos atribuidos al Almirante que están en ese país, lo cual permitiría completar la historia en torno a esta cuestión. Pero este estudio ya no es determinante para identificar los restos del descubridor. Se estima que pueda haber restos en otros lugares, ya que los que hay en la capital andaluza no llegan al 15% de la totalidad del esqueleto, por lo que podría resultar que los que están en Santo Domingo también correspondan al descubridor de América. Todavía se cree que parte de los restos están en Sevilla y otra parte en Santo Domindo.

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