Rodrigo Cota González

Rodrigo Cota González

Más información en: http://correctoresdesabor.blogspot.com/ http://www.colon-gallego.com

La teoría de que Cristóbal Colón era originario de Pontevedra cuenta con un nuevo aval, el del documento descubierto por el vecino de poio Rodrigo Cota. Después de seis años de investigaciones este apasionado de la historia del almirante prepara la publicación de un libro en el que reproduce un fragmento de un texto, escrito por un bufón de la época, en el que se confirma que Colón era, en realidad, Pedro Madruga. Cota demanda una mayor implicación de las instituciones locales para demostrar de manera científica la cuna pontevedresa del descubridor de América.

El mito que rodea al personaje de Cristóbal Colón y la grandeza de su descubrimiento ha provocado que diversas ciudades pugnen por adjudicarse su nacimiento. las teorías acerca del origen de Colón se extienden por media Europa, aunque algunas cuentan con más avales que otras. Entre las más aceptadas está que el descubridor de América era originario de Génova en Italia, pero también catalanes, mallorquines y cerca de otras cuarenta ciudades españolas e italianas se pelean por se designadas como la cuna del gran almirante.

Sin embargo, durante los últimos años se ha encontrado abundante documentación que apoya la teoría del colón pontevedrés y apunta al legendario Pedro Álvarez de Sotomayor o Pedro ‘Madruga’, conde de Camiña, como verdadera identidad del navegante.

Entre los descubrimiento más recientes figura un texto que, por su antigüedad, su procedencia y su originalidad parece más llamativo.

Casi cinco siglos antes de que Celso García de la Riega presentara sus trabajos sobre el posible origen pontevedrés de Cristóbal Colón y Alfonso Philippot hablara de su teoría, que sostiene que el descubridor y Pedro Madruga eran una misma persona, ya circulaba en la corte un texto que mantenía exactamente la misma tesis.

A principios del siglo XVI, pocos años después de la muerte del almirante, el rey Carlos V recibió como regalo un manuscrito satírico realizado por Francesillo de Zúñiga, su bufón. Se trataba de una crónica burlesca sobre los personajes de la corte y en general de la nobleza española, se aireaban los trapos sucios de muchos de ellos y se hacían ‘afortunadas’ comparaciones entre personas y animales u objetos.

Los Bufones eran generalmente plebeyos y su trabajo consistía en entretener al rey y a sus cortesanos. Para ello contaban con licencia para decir las verdades que otros no podían, siempre que lo hicieran con gracia. Los problemas para Francesillo comenzaron a raíz de la obra que nos ocupa, pues muchos de los aludidos, lógicamente, no veían con buenos ojos saberse ridiculizados ante el rey por un bufón. Francesillo murió asesinado, según todas las fuentes, por oden de algún noble que le pudo perdonar que hubiera puesto por escrito información inconveniente.

Con el tiempo la crónica fue pasando de moda y las copias del explosivo manuscrito quedaron dormidas hasta el año 1855, en que el afamado editor Ribadeneyra incluyó el texto en un tomo recopilatorio titulado ‘Curiosidades Bibliográficas’.

Entre otras referencias a la familia Sotomayor destaca el siguiente párrafo:

«Iba también con su majestad monsieur de laxao, e contábale como don Diego de Sotomayor é el clavero de Alcántara e Rodrigo Manrique no tenían justicia para pedirle la encomienda mayor de la dicha orden, que él era aficionado a ser de ella, y más si le daban la encomienda mayor. Decíale también que don Diego de Sotomayor parecía hijo bastardo de Colón el almirante de Indias, é solicitador de la majorada…»

Es preciso aclarar que Diego de Sotomayor de quien se dice «parece hijo bastardo de Colón» era en ralidad hijo de Pedro madruga, lo que, como mínimo, demuestra que Francesillo y Philippot, con cinco siglos de diferencia sostenían que Colón y Pedro madruga eran una misma persona. También resulta sorprendente que Colón fuera el «solicitador de la mejorada», es decir, que era quien en vida había intermediado para que se le concediera a Diego de Sotomayor un ascenso, pues ¿qué hacía Colón ocupándose de un hijo de Pedro Madruga?.

Aunque los más escépticos puedan pensar que el testimonio de Francesillo puede ser resultadode una bufonada, deben tener en cuenta que toda la información que proporciona la obra sobre hechos y personas y, que hasta el momento se ha podido comprobar, se ajusta a la realidad. Así, cuando afirma en otros casos que alguien «parece hijo bastardo de alguien las genealogías confirman que realmente lo era. También los hechos que se narran son ciertos. La intención de Francesillo al escribir su obra no era la de informar al rey sobre personas o cirdunstancias que el rey desconocía. El rey sabía de sobra quién era cada quién y lo que había hecho cada cual. Lo que Francesillo hizo fue contar con humor la realidad pues a fin de cuentas se trata de una crónica, aunque sea burlesca. y poca gracia hubiera tenido para Carlos V leer hechos inciertos.

Pero hay más. El noble real del bufón era Francés de Navarra. El apellido Zuñíga lo había tomado del duque de Béjar, Álbaro De Zúñiga y Sotomayor, a cuyo servicio había estado hasta ser reclamado por el rey. Y este sotomayor era pariente cercano de Pedro Madruga, y además ocupaba un cargo relevante en la orden de Alcántara, la misma en la que Diego de Sotomayor aspiraba a un encomienda, por lo que la información además de llegarle al bufón por su presencia constante junto a Carlos V, la obtiene de su cercanía a la familia Sotomayor.

Cristóbal Colón, Castelao, Valle-Inclán, y el invento del cine en color.

“(Ojo) Nota para Don Prudencio. Aquí deben venir las palabras donde Fernando Colón cita las diferentes ciudades de las cuales se supuso natural a su padre Don Cristóbal. Yo no tengo aquí el libro. Calzada hace esa cita. Ahí puedes verla y transcribirla.”

El don Prudencio a quien se refiere el texto anterior era Prudencio Otero Sánchez, y el autor de la nota, Valle-Inclán. Estaba incluida en el prólogo que don Ramón escribió para la obra de don Prudencio, titulada “España, Patria de Colón” y publicada en 1922.

Finalmente, el prólogo no llegó a formar parte de la edición. Hemos conocido algunas versiones que tratan de explicar los motivos, aunque ninguna de ellas cita la fuente. Las más extendidas afirman que Valle-Inclán se retrasó en la entrega. Otras sostienen que, en realidad el texto llegó justo a tiempo al despacho del editor, pero precisamente por culpa de la nota reproducida, éste consideró que el prólogo estaba inacabado y, no teniendo tiempo de localizar a Prudencio Otero para completar los datos solicitados por el prologuista, optó por eliminar el trabajo entero. Y fue una pena y una mala decisión, pues se perdió una oportunidad única de aunar en un proyecto a los dos más grandes iconos de la intelectualidad gallega de todos los tiempos: Valle-Inclán y Castelao. Éste último envió un dibujo que sí llegó a tiempo, y que nos ayuda a ilustrar el presente artículo. Ambos, Castelao y Valle-Inclán, eran fervientes seguidores de las tesis del Colón Pontevedrés, iniciadas en 1898 por don Celso García de la Riega.

El prólogo de Valle-Inclán permaneció inédito hasta que fue rescatado y reproducido años después por Rafael Landín y finalmente, en 2002, los herederos del autor lo incluyeron en la primera edición de su “Obra Completa”. Y así conocimos algunos de los motivos que empujaban a Valle a sostener a Galicia como patria de Colón:

“Lo indudable, es el alma gallega que lleva en su almario, el Almirante: era solapado y tenaz: Amigo del dinero, y cruel en el mando: Receloso y envidioso. ¡Y tan desconfiado, que dondequiera sospecha traiciones! Su iluminismo práctico, parece de entre Miño y Sil. El Almirante Don Cristóbal Colón es el alcaloide del espíritu gallego…”

Parece débil razón para defender una teoría, pero lo cierto es que Valle-Inclán, que se declara “lego en estos achaques de erudición”, tenía en realidad, como Castelao, un amplio conocimiento de la tesis del Colón gallego y sus argumentos, como demuestra su cita a Rafael Calzada, autor de “La patria de Colón” publicada dos años antes de ver la luz la obra de Prudencio Otero.

Y es que, por aquellos tiempos, el Colón gallego gozó de un admirable soporte intelectual que debemos recuperar, y en ello estamos.

No fueron Castelao y Valle-Inclán los únicos defensores de la tesis. Eduardo Pondal, autor de la letra del himno gallego, dedicó al Colón Pontevedrés buena parte de su poema “Os Eoas”, un trabajo desgraciadamente poco divulgado. Pondal defendía la idea de que Galicia debía tener una obra épica como Portugal tenía “Os Lusíadas” de Camões, y se puso él mismo a escribirla. A continuación, un fragmento de “Os Eoas”, de Pondal. El que habla es Colón:

«Ti es a miña patria (Galicia). A bora Liguria non me dou, como dicen, nacemento; Fora certo esto, túa e miña injuria, e grande erroer e grave nocumento, que n´é de Breogán a raza espuria p´ra non honrar o noso forte intenro: Oh, que dicha, s´a boa Galicia amada fora, por ser meu berce, celebrada!”

Y hablando de Portugal, tenemos allí a varios potentes literatos también apoyando la teoría. Teófilo Braga, escritor y político, presidente de la nación, pronunció un discurso muy famoso en su día en el que dijo:

“Los portugueses experimentan inmensa alegría de que Galicia, hermana gemela de Portugal, fuera la patria del descubridor del nuevo mundo, compañero de los navegantes y descubridores lusitanos.”

Y tenemos en Pessoa a otro intelectual muy cercano, que por su parte escribió lo que sigue:

“Faz um a casa onde outro pon a pedra. O gallego Colón, de Pontevedra, Seguiu-nos para onde nós não fomos. Não vimos da nossa arbore esses pomos.

Um imperio ganhou para Castella Para si gloria merecida-aquella De um grande longe aos mares conquistado. Mas não ganhou o tel-o começado.” Wenceslao Fernández Flóres, autor de “El bosque animado”, formó parte como miembro de honor del primer comité pro-patria Colón. Vicente Blasco Ibáñez dedicó al Colón Gallego uno de los capítulos de su obra “Los Argonautas”. También Emilia Pardo Bazán fue una firme defensora de la teoría, como lo fueron Ramón Cabanillas o Suárez Picallo, uno de los principales impulsores del primer Estatuto de Autonomía de Galicia.

La fuerza del Colón gallego era tal que dio lugar a más de cincuenta libros dedicados en exclusiva al tema, aunque muchos de ellos ni siquiera llegaron a distribuirse en Galicia. Publicados en lugares tan remotos como Buenos Aires, La Habana, México o Manila, en ocasiones con tiradas de apenas unos centenares de ejemplares, han sido siempre desconocidos por el público. Los autores de éste artículo hemos tenido la inmensa fortuna de acceder a la mayor parte de todo ese material, que debidamente recopilado, aparecerá próximamente en un libro ya en preparación.

Cientos de artículos periodísticos, obras de teatro, poemas, han sido inspirados por el Colón Gallego. Y el asunto sirvió de excusa también para la primera película en color presentada en España, y una de las primeras del mundo, obra del fotógrafo Enrique Barreiro. Durante los primeros años del siglo pasado, algunos estudios, principalmente en París, experimentaban con técnicas de coloreado de películas, con resultados generalmente poco satisfactorios. En Pontevedra, Enrique Barreiro, que fundaría junto a su hermano Ramón la productora cinematográfica “Folk”, creó una de las primeras técnicas de coloreado, patentada con el nombre de “Cinecromo”. El resultado fue espectacular. Según Luis M. Quiroga Valcarce, que se ocupó de investigar la historia de la productora “Folk”, la película, titulada “Pontevedra, cuna de Colón” fue estrenada en 1927 en el Teatro Principal de Pontevedra. Así lo refirió la prensa al día siguiente, tal como nos cuenta el citado Quiroga Valcarce:

“Con ser la materia de la película interesante y atrayente de suyo, no fue esto lo que motivó la expectación y la admiración del público; sino el hecho de que la película es una resolución cabal del problema de la impresión cinematográfica en los colores naturales. (…) Porque con ser sorprendente la fidelidad con que en la película se reproducen los colores de los vestidos y las diversas tonalidades de los edificios por ejemplo, esto no llama tanto la atención ni sorprende tanto como el color perfecto de la carne humana en unos chicos desnudos que se presentan al público, como el color del mar en los distintos pasajes de la cinta, como el de unos eucaliptos que dan plena sensación de realidad y sobre todo como el del cielo y en él los detalles de las nubes tan reales (…)”

Desgraciadamente, aquella copia en color desapareció, o bien el coloreado y las malas condiciones de conservación no resistieron el paso del tiempo. Hoy podemos ver una copia en blanco y negro aquí:

http://www.cgai.org/index.php?seccion=prestamo_video.php&id_seccion=5&id_pelicula=1014&pagina=

Aunque tampoco la digitalización es de buena calidad, garantizamos a quienes se molesten en verla una idea cabal de cómo estaba formulada la tesis del Colón Gallego en su origen y, desde luego, unas deliciosas imágenes de una Pontevedra de hace ya casi cien años.

Como vemos, fueron muchos los que se posicionaron a favor de la tesis del Colón Gallego. Y, curiosamente, el Colón Gallego sirvió durante décadas difíciles como nexo de unión entre republicanos y monárquicos, entre demócratas y franquistas, entre exiliados y exiliadores. Entre centralistas, independentistas, galleguistas, carlistas, liberales, socialistas, comunistas, a derecha e izquierda, Colón era precisamente el único tema en el que todos estaban de acuerdo. Y aunque la visión de Castelao difería mucho de la de Valle-Inclán o Pondal, lo que se discutía era si Colón fue un asesino imperialista nacido en Poio o un héroe nacional nacido en Poio. Pero siempre nacido en Poio.

Lamentamos que todo aquel bagaje cultural se haya ido perdiendo con el tiempo, desapareciendo de la memoria popular e institucional gallega. Parece que hoy nos cuesta decir lo que decían sin ningún esfuerzo, con toda naturalidad y firmeza, Castelao y Valle-Inclán: Simplemente, Colón Pontevedrés.

 

Documentación facilitada por la Hemeroteca de la Diputación de Pontevedra

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