La huella de Pedro Madruga en Cristóbal Colón

Una década para demostrar que Colón era Pedro Madruga

FRAN G. SAS | CANGAS

1384322_668525216600098_3933931716024809005_nLas teorías del origen gallego de Cristóbal Colón adquirieron una nueva dimensión cuando el marino vigués Alfonso Philippot expuso en los años 70 del pasado siglo la tesis de que el descubridor de América no era otro que el noble gallego Pedro Madruga. Para tratar de demostrarlo el investigador cangués Ángel Carracelas Requejo (1962) empleó 10 años de su vida en acudir a todas las fuentes documentales que pudiesen aportar luz sobre el tema, como el Archivo General de Simancas, el Archivo General de Indias o los archivos de la catedral de Tui. Los tres últimos años de trabajo los plasmó en un libro que desde hoy estará en las librerías, titulado La huella de Pedro Madruga en Cristóbal Colón, en el que defiende su convencimiento de que se trata de la misma persona.

Mañana tendrá lugar la presentación del libro, a las 20.00 horas, en el salón de plenos de Cangas. El día 19 será en el Museo Massó de Bueu y el 30 de diciembre en Pontevedra.

Apoya sus conclusiones en una serie de documentos «inéditos, desconocidos o muy poco trabajados», para los cuales necesitó incluso la ayuda de expertos paleógrafos. Desvela en el libro una serie de hechos de Pedro Álvarez de Soutomaior, el Conde de Camiña, muy poco conocidos, y que le llevan al «convencimiento» de que fue el descubridor del Nuevo Mundo. «Pedro Madruga fue un corsario a las órdenes del Rey portugués Alfonso V. Está demostrado que Colón también fue un corsario. Los documentos demuestran que Pedro Madruga era un experto navegante», indica. Apunta también a una carta de la mujer del noble gallego, la portuguesa Teresa de Távora, que escribió a Juana la Loca.

Entre los «documentos contrastados de finales del siglo XV y comienzos del XVI», el autor del libro encuentra información sobre alguno de los hijos de Pedro Madruga y su estancia en el nuevo continente. Las circunstancias de la muerte o desaparición del Conde de Camiña en 1486 en Alba de Tormes también vendrían a apuntar esta doble personalidad del que pasó a la historia como un navegante genovés.

Otro de los argumentos esgrimidos es el hecho de que la mano derecha de Pedro Madruga y capitán de sus tropas, Paio Veloso, estuviese muy relacionado con la entrada en Baiona de la carabela «Pinta», que procedía de América.

Ángel Carracelas explica que estaba interesado por la figura de Pedro Álvarez de Soutomaior desde la primera vez que visitó su castillo, pero que fue desde que conoció Alfonso Philippot cuando se interesó por avanzar en estas tesis y ordenar las ideas. Recuerda que el noble gallego mantenía buenas relaciones con las cortes castellana y portuguesa y que «sus amigos y enemigos eran los mismos que en el caso de Cristóbal Colón».

Para el cangués no existen apenas evidencias de que Colón tenga su origen en Génova y asegura que una implicación de las Administraciones en la tesis de su origen en Galicia cambiaría los libros de historia.

El artista cangués Camilo Camaño Xestido ilustra la portada tras acercarse con rigor a las descripciones sobre Pedro Madruga.