ARTÍCULOS ALONSO/PEREIRA EN EL DIARIO DE PONTEVEDRA

El pasado día 12 se celebró la fiesta de hispanidad, efeméride instituida para conmemorar el “descubrimiento” de América por Cristóbal Colón. Como suele ser habitual, en el entorno temporal inmediato se asistió al relanzamiento de una de las formulaciones más “curiosas” -ni siquiera merece la calificación de hipótesis- sobre el lugar de nacimiento del Almirante de la Mar Océano. Aunque la. base científica y documental es nula, resulta de justicia reconocer que los formuladores del planteamiento del Colón natural. de Poio muestran unas desbordantes dosis de imaginación, inventiva y sentido del humor.
Sin embargo, conviene tener presente que de todas las hipótesis que disputan a Génova el lugar de nacimiento (le Colón, la pontevedresa, por lo burda de sus argumentos, como es sabido, el padre de la idea fue de la Riega y, en su momento, sus argumentos fueron rebatidos; punto por punto, por la Real Academia Española de la Historia. El estudio-informe de esta institución demostró la falsedad y manipulación documental en que se había basado el historiador pontevedrés. A partir de ese momento, cual si de un Guadiana se tratase, la “idea” adquiere vigor o muestra una lánguida atonía. Hoy en día, una serie de “curiosos” personajes ávidos de una notoriedad que parece inalcanzable en su actividad habitual, la han retomado, llegando la capacidad inventiva de algunos de ellos a ser tan desbordante que rozan la. paranoia, si no se han instalado en ella. Cabría preguntarse qué estudios de historia tienen estos “ciudadanos”. Si ha u obtenido la licenciatura, la suficiencia investigadora, por qué universidad se han doctorado. A lo mejor la respuesta que podríamos obtener parafrasearía a la famosa declaración del expresidente: «cero patatero». Pero aún podemos hacer unas preguntas a estas mentes preclaras: ¿a qué escuela histórica pertenecen?, ¿Cuál es la metodología empleada?, ¿y la eurística?. Posiblemente seguiremos anclados en idéntico “cero patatero”; o mejor aún, como Dios les dio a bien entender y, a partir de aquí, corno salga la redacción del trabajo; porque al fin y a la postre, ellos deben pensar, que importa la seriedad y el rigor, corno diría un joven, “lo que mola’’ es el protagonismo, la. notoriedad. Aunque existen honrosas excepciones, sorprende el eco y acogida que sus “brillantes” y ‘lúcidas” formulaciones tienen en el conjunto de los medios de comunicación. Esta situación contrasta con la dificultad con que muchas veces se encuentra el saber científico para lograr divulgar, por esos mismos canales, los resultados de arduas investigaciones fruto de un abnegado y silencioso trabajo. No sorprende, por contra, el apoyo que suelen recibir estos “grandiosos Historiadores” de la mayoría de la clase política. Para una gran parte de ella, que entre uno de sus prioritarios horizontes tiene la notoriedad, contribuir a divulgar eso sí, con e] dinero de los contribuyentes y no con el suyo propio- “ideas” tan impactantes y populistas como la citada, hace que se sientan corno pez en el agua. En el caso concreto del Colón con casa en Poio, podernos considerar como lógico el apoyo mostrado por el Concello, pues no deberíamos perder de vista la referencia de que el responsable de su gobierno es un partido nacionalista, y es bien sabido el desprecio mostrado de base científica y documental, apostando en cambio por el mito, la invención, la manipulación..
 

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El pasado 29 de Octubre en este diario en el apartado de Opinión y Análisis, fue publicado el artículo titulado “Cristóbal Colón” en donde el Sr. D. X. M. Pereira Fernández expuso su perplejidad ante la reivindicación de un Colón gallego y de Pontevedra.

Yo me pregunto que le importará al Sr. Pereira, si en Poio quieren hacer una casa museo, o si la tesis de Colón Gallego tiene seguidores y bastante aceptación entre personas documentadas, no habrá en estos días temas más importantes que sí pueden afectarle más que si Colón nació en Galicia, que por otro lado, de ser demostrable sí le aportaría a él y al resto de los gallegos beneficios de toda índole.

No señor, la Real Academia de la Historia no rebatió punto por punto, nada de nada, permítame que le informe que hoy por hoy, está demostrado, documentado y publicado la existencia del apellido “de Colón” y el de “Fonterosa” (segundo apellido) en Pontevedra, 70 años antes del descubrimiento, y es en el único sitio del mundo donde el apellido coincide con el manifestado por el propio Cristóbal Colón en su carta de Mayorazgo, que por cierto dicen que es un documento apócrifo, claro que de ser así, la única prueba documentada de un Colón Genovés sería falsa, ya no habiendo ninguna otra. Por que cree Vd. que ha despertado tanto interés los restos de Colón?, si quieren cotejar distintos adn’s será por que nada está demostrado, y si alguna tesis está documentada, es la Gallega, y si no está demostrada es por falta de apoyo institucional, y como diría un catalán “tenéis lo que os merecéis”.

Si señor, la única prueba Genovesa era ese Mayorazgo el cual o era apócrifo, o bien mintió deliberadamente, y por ello no sabemos nada de aquel marino que cambió la historia. Su hijo Fernando, en “La vida del almirante” dice: que su padre quiso hacer desconocido é incierto su origen y patria. Pero Colón cuando quería escribir en castellano metía palabras en gallego, y por donde iba bautizando las costas que descubría, le ponía nombres homólogos a la costa gallega.

La nao La Gallega ó La Santa María (dedicada a la iglesia del mismo nombre), fue fabricada en Pontevedra y los españolistas (permítame que le incluya) no demostraron punto por punto nada, y hoy por hoy está suficientemente demostrado y constatado su fabricación en aguas de la Ría.

La Tesis Gallega ha tenido durante más de cien años muchos seguidores foráneos que la mantienen, pero ganan en número los gallegos que la atacan, ¡Que ha hecho Galicia para parir hijos que la desgarran!.

Información: cristobal-colon.com

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¡El 1 de noviembre, en la sección sección Di@logos de este diario, se publicó una replica de don Fernando Alonso Conchouso a mi artículo titulado: “Cristóbal Colón”, respuesta que entiendo merece una serie de puntualizaciones y/o matizaciones.
1º No es cierto lo que dice el señor Fernando Alonso de que en mi artículo expuse mi perplejidad ante la reivindicación de un Colón gallego -pues de tan “peregrina” idea desde que poseo uso de razón tengo noticia-, sino que únicamente intenté hacer llegar al lector la nula solvencia de tal hipótesis.

2º Como especialista en de otra manera: esto viene a demostrar que el Era algo parecido al anterior historia moderna -el tí- Prueba de ello ha sido de mi tesis doctoral mica catalana) durante el y al que es “Pesca e vida urbana na Ría de Pontevedra, ca. 1500-1800” – si me importa la formulación de del Colón natural de Poio y la denuncia de semejante falacia, entre otras cosas, porque el conocimiento que tenemos de la Pontevedra moderna (ss XVI-XVIII) nos sitúa ante un frade intelectual de dimensiones considerables y eso, guste o no, es obligación comunicarlo.

3º Sr. Alonso, dado el tiempo que ya ha transcurrido desde la publicación de mi artículo, respetuosamente me atrevo a recomendarle que sosegadamente, con tranquilidad, sin dejarse cegar por la pasión, vuelva a leerlo e indíqueme en dónde yo afirmo y defiendo la tesis del Colón genovés. Sr. Alonso, en ningún pasaje del mismo formulo tal aseveración pues soy buen conocedor de la nebulosa, las sombras, que genera el tema. Yo únicamente me limité a afirmar, y me sigo reafirmando, que de todas las hipótesis existentes, la del Colón natural de Poio es la menos solvente.

4º Se acepte de buen grado o no, en su momento, la Real Academia de la Historia, en su estudio-informe, demostró la falsedad y manipulación documental en que se había basado de la Riega.

5º El problema no radica en la falta de apoyo institucional -que desgraciadamente si lo tiene de algunas instituciones para vergüenza y sonrojo-, sino del rechazo frontal que la tesis del Colón natural de Poio le merece al mundo académico y científico. ¿Cuántos investigadores de prestigio y proyección nacional e internacional defienden la citada tesis?. ¿Cuántos profesores de universidad?. ¿Cuántos catedráticos?. Ninguno, Sr. Alonso, ninguno. Sólo cuatro iluminados deseosos de notoriedad, situados al margen del mundo académico y la investigación científica. Sigo preguntando, á ¿cuántos de los defensores de la tesis son, no ya doctores en historia moderna, sino simples licenciados en historia?.

6º La endeblez de la tesis queda patente en los “sólidos” argumentos por usted esgrimidos. Que en los escritos de Colón aparezcan palabras en gallego -o portugués, señor mío-no debe sorprender en alguien que pasó largos años de su vida en el país vecino. Los nombres con que bautizaba los lugares que descubría aparecen en la costa gallega, pero también en múltiples puntos de otros litorales, pues si por algo se caracterizan es por su ambigüedad y validez para muchos lugares. Los múltiples estudios sobre la onomástica de los barcos de la época indican una gran preferencia por el de Santa María, al igual que sucedía con la predilección mostrada por las mujeres por ese nombre. A modo de ejemplo, en la Pontevedra de la segunda mitad del s. XVI y primer cuarto del XVII, en ocasiones, el nombre de María llega a superar el 40% del total de las mujeres que aparecen en los recuentos nominales.

7º Por mucho que duela, la tesis del Colón nacido en Poio causa estupor e hilaridad fuera del entorno inmediato del ínterland de Pontevedra capital. Las “aportaciones” que algunas “mentes preclaras” han realizado en los últimos años identificándolo con cierto noble gallego pasado a la “clandestinidad” lo único que han hecho es situar a la citada tesis en el mundo de la paranoia y el esperpento.

8º Sr. Alonso, no debemos confundir los deseos con la realidad y los resultados de los trabajos científicos. Entiendo que un principio básico que debe regir toda pauta de actuación es el rigor y la seriedad. En el caso de los trabajos de investigación histórica esta formulación se traduce en el hecho de que el análisis debe realizarse desde principios científicos presididos por la razón y contando con soportes de base documental o de otro tipo. Traducido a Galicia, únicamente así contribuiremos al desarrollo, conocimiento y servicio de Galicia, pues sólo podemos explicar nuestro presente si conocemos nuestro pasado, pero este conocimiento tiene que provenir del citado trabajo científico y no de la invención, de la manipulación, de la obtención de unos resultados de despacho ceñidos a intereses o deseos particulares. Aunque usted me considere por eso un mal hijo de Galicia, tenga la absoluta certeza, Sr. Alonso, que pienso continuar trabajando siguiendo las pautas científicas de la primera opción, porque, honestamente, aún costándome algunos sinsabores, creo que es así como sirvo a la tierra que me vio nacer.

9º Sr. Alonso, puede tener la absoluta certeza de mi total satisfacción y alegría en el caso de que algún día se lograse probar el nacimiento de Colón en cualquier lugar de Galicia, pero para eso se necesitan “papeliños”, documentación que lo certifique y, a día de hoy, la misma es inexistente.

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Estimados Señores: El pasado 24 de noviembre en el apartado de opinión un colaborador de este periódico me invitó respetuosamente a contestarle, no es mi intención cartearme con este señor valiéndome de este medio, pero creo justo se me permita contestar a su artículo (por última vez) y que los lectores forjen su opinión con un criterio más contrastado.

CRISTÓBAL COLÓN
Sintiéndome invitado por el Sr. Pereira a contestar a su artículo del 24 de noviembre, en donde manifestaba reiteradas dudas sobre el origen y cuna de Cristóbal Colón, puedo decirle que no tenían estas dudas en 1917 los vecinos de Porto Santo que ante el Gobernador Civil de Pontevedra don Luis Tur, confirmaban la tradición oral que de padres a nietos se transmitió a lo largo de más de 300 años sobre el nacimiento en aquel lugar de D. Cristóbal Colón, descubridor de América. Adjuntándose a estas declaraciones copia de la escritura de propiedad de los duques de Veragua (descendientes de Colón) sobre la finca de La Puntada, situada en el mismo lugar de Porto Santo.
La mayor parte de los documentos aportados para la defensa de la teoría rieguista, lo fueron por don Casto Sanpedro Folgar. En lo que se refiere al Sr. La Riega, el mismo reconoció haber recalcado algunas palabras desvaídas por la acción natural del tiempo. Pero los análisis llevados a cabo en 1966, por un grupo de especialistas en nuevas técnicas fotográficas, encabezado por la profesora Doña Emilia Rodríguez-Solano y Pastrana, demostraron que los rasgos primitivos no fueron modificados por dichos retoques; de lo que se concluye que los nombres reflejados en algunos documentos supuestamente falseados, son los mismos que antes figuraban en ellos. No existiendo, por tanto falsificación alguna en los documentos de Pontevedra. Hecho al que ya se había referido, mucho antes el notable historiador don Antonio Ballesteros Beretta que los revisó en el museo de dicha ciudad.
Se dispone en la actualidad de más de 30 documentos originales, en los que figura el apellido Colón, referido a distintos miembros de aquella familia residentes en Pontevedra; entre los que se hallan los revisados en 1966, y las actas de nacimiento y defunción rescatadas del Archivo Parroquial de San Bartolomé.
Invito al Sr. Pereira a formar parte del numeroso grupo de Catedráticos y Literatos seguidores del “Colón Gallego”, que a continuación enumero algunos de ellos:
Padre Sarmiento (siglo XVIII), Ramón Sobrino Buhigas, Ramón del Valle Inclán, La condesa de Pardo Bazán, Aureliano Pardo Villar, Tomás Barreira S. J., Valentín Paz Andrade, Casto Sampedro Folgar, Emilia Rodríguez Solano, Fray Manuel de Castro y Castro, J. M. Riguera Montero, Juan Fernández Gil y Casal, Constantino de Horta y Pardo, Enrique Zás y Simó, Rafael Calzada, Antonio Fernández y Fernández, Prudencio Otero Sánchez, Modesto Bará Alvarez, Manuel Rodríguez Martínez (el médico Rodríguez), Ramón Marcote, Eva Canel, Julio Tortosa Franco, Gerardo Alvárez Limeses, Hipólito de Saá Bravo, Entonio Ballesteros Beretta, Ramón Blanco Areán, Manuel Saralegui y Medina, Antonio Rey Soto, Luis Gorostola Prado, Leopoldo Eijo Garay, Rafael López de Haro, Vicente Blasco Ibáñez, Marcelo Macías, Alfonso Rodríguez Castelao, Luciano Rey Sánchez, Ricardo Beltrán y Rózpide, Arístides Martínez, Carlota Mansfield, Joaquín Aramburo, Luis Tur y Palau, Valentín Letelier, Van Sneider, Mr. Huntington, Mr. Trapote, Martín Sharp Hume, Alfonso de Bustos, José Ramón Fontán González, Pedro de Frutos, Marcelo Gaya, Pedro Izquierdo Corral, Atanasio López, Manuel Mosqueira Manso y Alfonso Philippot Abeledo, entre otros muchos.
Actualmente el historiador Alfonso Philippot Abeledo en su libro “La identidad de Cristóbal Colón” aglutina en un considerable volumen todas las pruebas existentes rigurosamente contrastadas, donde relaciona por ejemplo, 300 voces escritas por Colón y que son exclusivamente gallegas y no portuguesas, y puedo anticipar que muy pronto el Sr. Philippot dará un giro certero a favor de la “LA VERDAD HISTÓRICA”.
Los catalanes quieren cotejar el ADN de Sevilla con los del “Príncipe de Viana”, nosotros queremos que se haga también con los restos de descendientes de “Pedro Alvares de Soutomaior”, estando convencidos que la primera opción solo sirve para la propaganda mediática y que no probarán ni encontrarán nada que no sea fortalecer más si cabe la tesis gallega.

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